En muchos círculos cristianos se interpreta este versículo identificando a Satanás como ese ladrón que viene para hurtar, matar y destruir; y aunque sabemos que él es capaz de eso y de mucho más, aplicando la hermenéutica bíblica, notamos lo que el Señor quiere enseñarnos y de qué está hablando.
Vemos en el capítulo anterior que Jesús acaba de tener otro encuentro con los fariseos por haber sanado a un ciego de nacimiento en día de reposo, y como siempre el maestro aprovecha para dar una enseñanza sobre la ceguera espiritual. Luego, al inicio del capítulo 10 les refiere una parábola, que comienza así. "De cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ese es ladrón y salteador." Juan 10:1
Y continúa a partir del verso 7...
Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores; pero no los oyeron las ovejas. Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos.
Aquí se une con el versículo en cuestión (10). Entonces ese ladrón al que Jesús se refiere son los falsos maestros que desde esa época se dedicaban, como ahora, a tratar de desviar al pueblo de Dios (sus ovejas), del verdadero camino de salvación.
Del verso 11 al 15, Jesús hace una hermosa comparación entre un verdadero maestro (el buen pastor) y uno falso (el asalariado). Si alguno tiene oídos para oír, oiga. Mr. 7:16
La enseñanza es muy clara, el Espíritu Santo nos guíe a toda verdad.
Bendiciones, gracia y paz