jueves, 24 de noviembre de 2016

DIOS ES SOBERANO


 …¿Las muchas palabras no han de tener respuesta? ¿Y el hombre que habla mucho será justificado? ¿Harán tus falacias callar a los hombres? ¿Harás escarnio y no habrá quien te avergüence? Tú dices: Mi doctrina es pura, y yo soy limpio delante de tus ojos. Si él pasa, y aprisiona, y llama a juicio, ¿Quién podrá contrarrestarle? Porque él conoce a los hombres vanos; ve asimismo la iniquidad, ¿y no hará caso?...Si tú dispusieres tu corazón, y extendieres a él tus manos; si alguna iniquidad hubiere en tu mano, y la echares de ti, y no consintieres que more en tu casa la injusticia, entonces levantarás tu rostro limpio de mancha, y serás fuerte, y nada temerás; y olvidarás tu miseria, o te acordarás de ella como de aguas que pasaron. La vida te será más clara que el mediodía; aunque oscureciere, será como la mañana. Tendrás confianza, porque hay esperanza; Mirarás alrededor, y dormirás seguro…(Job 11:1-20.RVR1960)

Creo que todos conocemos la historia de Job, a quien le sobrevinieron cantidad de calamidades y todas al mismo tiempo, aunque él era un hombre recto ante los ojos de Dios.. 

Hubo en tierra de Uz un varón llamado Job; y era este hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal. (Job 1:1.RVR1960).

Sin embargo, como vemos en el capítulo 11, su amigo Zofar, en medio de su falta de sabiduría, juzga a Job, creyendo conocer los motivos por los cuales a Job le ha sucedido todo aquello por lo que está sufriendo y más aún se arriesga a hablarle de lo que le espera a futuro si se arrepiente. 

Algunas veces nos apresuramos a juzgar lo que no sabemos ni conocemos; porque quién conoce los pensamientos de Dios? Y al ver a alguna persona pasando por momentos difíciles, quizá lo primero que se nos ocurre pensar es “qué habrá hecho para merecer eso que le está pasando”, como los discípulos cuando le preguntaron a Jesús si había pecado ese hombre ciego o sus padres (Juan 9:2). Somos bastante ligeros, actuando en nuestra carne, para diagnosticar y pronosticar cosas a las personas cercanas. Lanzamos palabras, algunas de juicio y otras de supuesta bendición, creyendo que somos enviados por Dios para hacerlo. En otras palabras, actuamos de manera insensata como Zofar.

Al inicio de la historia de Job, en los capítulos 1 y 2 se ve claramente qué fue lo que sucedió y es que Satanás (el adversario, el acusador), tratando infructuosamente de acusar a Job, le pide permiso a Dios para causarle sufrimiento, pues quería obtener pruebas de su falsa acusación (que Job era recto y justo porque en todo le iba bien, luego no había mérito en ello). Y es Dios quien lo autoriza para que destruya todas sus cosas, incluida su familia y su salud, pero no su vida. Obviamente, esta parte de la historia siempre es desconocida para nosotros, como lo fue para Zofar; de ahí lo aventurado de sus precipitadas conclusiones.

Además, es una clara muestra de la soberanía de Dios, que ni siquiera Satanás puede tocarnos, a menos que Dios se lo permita; como en el caso de Job, quien fue probado por Dios y salió más que victorioso de su prueba. 

Y quitó Jehová la aflicción de Job, cuando él hubo orado por sus amigos; y aumentó al doble todas las cosas que habían sido de Job. …. Y bendijo Jehová el postrer estado de Job más que el primero….Después de esto vivió Job ciento cuarenta años, y vio a sus hijos, y a los hijos de sus hijos, hasta la cuarta generación. Y murió Job viejo y lleno de días…. (Job 42:1-17.RVR1960).


Demos gracias al Señor, porque cuida de nosotros y nada sucede sin su control. Pidamos perdón por las veces que hemos actuado insensatamente, creyendo saber y conocer lo que no sabemos ni conocemos, porque solo le pertenece a El en su soberana Gracia y Misericordia. Señor, danos sabiduría para conocerte y relacionarnos contigo de la manera como Tu lo deseas, has determinado y es agradable para Ti. En el nombre de Jesús oramos. Amén, Amén y Amén.


Bendiciones, Gracia y Paz