jueves, 22 de diciembre de 2016

EL PADRENUESTRO: UNA ORACIÓN PARA LOS HIJOS DE DIOS (2ª PARTE)


Cuarta Petición : Danos hoy nuestro pan de cada día. La Provisión de Dios, una petición en plural. (Mt. 6:11)

En Mateo 6:11, Jesucristo establece la directriz de un estilo de vida que hace muy incómodos a los cristianos modernos y materialistas: la idea de la dependencia total en Dios para todas nuestras necesidades materiales. (La traducción original de esta parte de la Oración del Señor en griego lo describe como «el sustento de cada día.»), enfatizando que no se pide para los demás días que aún no llegan y sobre los cuales no sabemos nada.

La llamada a vivir una vida dependiente de Dios es un sentimiento expresado muchas veces en las Sagradas Escrituras. Fue evidente cuando los israelitas deambularon por el desierto y debieron contar con Dios – a veces de mala gana – para todas sus necesidades materiales. (Dt. 2:7). Hay confianza en la provisión de Dios en el salmo más famoso de David: «El Señor es mi pastor, nada me falta.» (Sal. 23:1). El es nuestro Padre y tiene cuidado de nosotros. (Fil. 4:19).

En nuestra ambición de obtener estabilidad y seguridad financiera y alimento de sobra, tendemos a cuestionar a Dios y su provisión para nosotros. (Mt. 6:24). Y aunque conoce nuestros corazones, desea que estemos satisfechos con lo que nos provee: techo, alimento y vestido, que son nuestras reales necesidades. (1 Tim. 6:6-10; Fil. 4:11-13; Pr. 30:8-9). Además, la forma de pedir “el pan nuestro”, implica que pedimos también por las necesidades y provisión diaria de nuestros hermanos en la fe.

Quinta Petición : Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. El Perdón Recíproco. (Mt. 6:12)

La instrucción de Jesucristo respecto al perdón tiene dos partes.

Primero, debemos orar por nuestro propio perdón y limpieza diarios, que no es el mismo perdón que recibimos por primera vez, cuando llegamos a los pies de Cristo por la Gracia de Dios; sino que es el perdón que todo creyente genuino (nacido de nuevo) necesita a diario durante su peregrinar cristiano, ya que si confesamos nuestros pecados, El es fiel y justo para perdonarnos. (1 Jn. 1:8-10).

Segundo, debemos también perdonar a quienes nos han hecho daño.

Dios nos perdonó cuando fuimos sus enemigos (Dn. 9:9). Dios no nos perdona porque perdonamos a otros, sino más bien nosotros debemos hacerlo porque somos conscientes de nuestro pecado y hemos recibido perdón (Mt. 6:14-15). Jesús, al concluir la oración agrega “Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial;” dando a entender que el hecho de perdonar a otros es una evidencia de que somos hijos de Dios, que hemos nacido de nuevo, que somos cristianos genuinos. Este es el énfasis que pretende hacer Jesús, mostrar la naturaleza del verdadero creyente.

Sexta Petición : Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal. (Mt. 6:13)

La última parte de la Oración del Señor es, quizás, la más confusa. Para aquellos que recuerdan la antigua traducción («Y no nos metas en tentación, sino líbranos del mal.»), la redacción de Mateo 6:13 parece ser contradictoria al carácter de Dios. No está en la buena y sagrada naturaleza de Dios el conducirnos hasta el pecado. (San. 1:13-15).

Una parte de la confusión se encuentra en malinterpretar el idioma griego en que se escriben los evangelios. Una mejor traducción sería, «No nos dejes caer en la tentación.» Jesucristo dijo lo mismo cuando, en el Monte de los Olivos, ordenó a sus discípulos: «Oren para que no caigan en tentación.» (Mt. 26:40).

En este contexto, el propósito de las instrucciones de Jesucristo tiene sentido. Todos los hombres experimentan la tentación a pecar, pero Dios les ayudará a aguantar a los que le piden. (1 Co. 10:13; Hb. 2:18).

En cuanto a la súplica «líbranos del mal,» no requiere mucha explicación. Así como Nuestro Señor y Salvador, el diablo es ciertamente real. Y aunque no nos puede forzar a pecar, sí sabe cómo preparar el terreno para que estemos tentados a pecar, porque conoce nuestra naturaleza. 

Para soportar las estratagemas del diablo, Santiago lo resumió así: «Sométanse a Dios. Resistan al diablo, y él huirá de ustedes.» (San. 4:7).

Ahora, que ya sabemos la manera de orar como Jesús nos enseñó y como a Dios le agrada, acerquémonos confiadamente ante el trono de Gracia, en actitud humilde y arrepentidos, poniendo en práctica lo aprendido, siendo conscientes de cada palabra y su verdadero significado.

Bendiciones, Gracia y Paz

martes, 20 de diciembre de 2016

EL PADRENUESTRO: UNA ORACIÓN PARA LOS HIJOS DE DIOS (1ª PARTE)



El Padrenuestro es, creo yo, sin temor a equivocarme, la oración más conocida, repetida y malentendida desde hace mucho tiempo. Irónicamente se utiliza como parte de un ritual de vanas repeticiones, como las que el mismo Jesús pidió no hacer (Mt. 6:7), lo cual la convierte en una palabrería sin sentido, cuyo orador no sabe realmente lo que está diciendo.

La mayoría de las personas dicen creer y adorar a un Dios al que tan sólo conocen a manera de título, pero no a Dios mismo. La primera parte de la oración nos lleva a la cruz, nos trae a memoria el sacrificio de Cristo, por el cual podemos dirigirnos a Dios como Padre y he aquí el primer error, algo bien importante a dejar claro es que aunque El Dios al que oramos es nuestro Padre que está en los cielos y es Soberano, no todos pueden acercarse a Dios como Padre porque no lo es. (Jn. 1:10.12; Jn. 14:6; Rom. 8:15-17).
 
En Lucas 11:1, luego de que Jesucristo ha terminado de orar, uno de los discípulos se le acerca pidiéndole instrucciones específicas sobre cómo orar, una de las guías espirituales más esenciales que El les dejó.

Mateo, también registra esta enseñanza en Mateo 6:5-13; y así como los discípulos, nosotros también necesitamos pedirle al Señor que nos guíe en como orar, porque en verdad, no sabemos hacerlo de la manera correcta, es decir, como Dios quiere que lo hagamos, pues para El, no sólo es importante la intención del corazón, sino que las cosas se hagan a Su manera y no a la nuestra. Así como Dios no dejó a nuestra decisión la manera de obedecer, sino que nos dio los mandamientos, este modelo es para utilizar en nuestro tiempo especial de oración y comunión con El.

Luego de la introducción, siguen 6 peticiones, las 3 primeras para con Dios y las 3 siguientes para con nosotros.

Primera petición : Santificado sea tu nombre (Mt. 6:9), es el propósito de la oración. Santificar : separar o hacer diferente.

Jesucristo enfatiza la santidad del Dios a quien oramos. El nombre de Dios se describe en la traducción griega original, como «sagrado,» (1 Sam. 2:2; Is. 6:3; 1 Pe. 1:16).

Segunda Petición : Venga tu Reino. (Mt. 6:10ª)

Jesucristo identifica la prioridad de orar más importante: el regreso del Reino de Dios a la Tierra – y cuanto antes mejor; pero Qué es el Reino de Dios? Qué es lo que estamos pidiendo? El pueblo de Dios, en el lugar de Dios, bajo el gobierno de Dios. Es el mismo reino de que David habló con asombro (Sal. 103:19; 45:11-13), el lugar de donde vino nuestro Salvador (Juan 18:36), y la esperanza para el futuro de la humanidad que Juan previó (Ap. 21:1-4). Jesucristo habla de la importancia de buscar el Reino de Dios. (Mt. 6:33) y a causa de su sacrificio en beneficio de los escogidos, el regreso del Reino de Dios es una cuestión de «cuándo,» no de «si.» (Mr. 1:15) Nosotros, como creyentes cristianos, debemos considerar esta parte de la oración del Señor no como ilusiones, sino el punto culminante de la historia de humanidad. El regreso del Reino de Dios se desencadenó en Calvario. 

¿Estarás listo para cuando llegue el fin? (Mt. 24:4-14, 44)

Tercera Petición: Hágase Tu Voluntad (Mt. 6:10b)

Nosotros seres humanos tenemos la costumbre absurda de creer que podemos convencer a Dios de cumplir nuestro mandato. Claro que sí, oramos con las palabras «Hágase tu voluntad» mientras, en verdad, deseamos que Dios haga la voluntad nuestra. Y nos decepcionamos cuando no nos obedece. (San. 4:3)

Pero, y cómo saber cuál es la voluntad de Dios? Existen dos aspectos de la voluntad soberana de Dios: La voluntad secreta o decretal que nos dice que El es Soberano y que ha decretado todo lo que sucede. Es decir que hace lo que quiere conforme a su voluntad. Por eso no nos da todo lo que deseamos si le pedimos en el nombre de su Hijo, aunque sea verdad que Jesucristo dijo algo de este modo (Juan 14:14); sí, Dios nos dará lo que pedimos usando el nombre de Jesucristo, pero debe ser una oración por algo que trae gloria a su nombre. (Juan 14:13). 

la voluntad revelada (Dt. 29:29), que nos sirve para conocerlo y saber cómo vivir de la manera que a El le agrada, la cual encontramos en su bendita Palabra. 


Continuará.......

Bendiciones, Gracia y Paz

martes, 13 de diciembre de 2016

NAVIDAD: MUCHO MAS QUE TRADICIÓN


En esta época de luces, adornos, regalos y reuniones, muchos se reúnen frente a un pesebre durante 9 días consecutivos a rezar la novena al “niño Dios”, con la esperanza de que sus mayores sueños y anhelos sean concedidos, siempre pidiendo algo a cambio de. Y cualquier observador desprevenido podría catalogar toda esta actividad como algo bonito, sano, después de todo, se hace en nombre de Dios y reúne a la familia; sí, pero tristemente, olvidando lo realmente importante: La Navidad (Natividad) es la conmemoración del nacimiento del Mesías prometido desde Génesis y a través de todo el AT, como bien se puede evidenciar durante su lectura juiciosa.

En Génesis, El es el Creador y la Simiente de la mujer: Gén. 1:1; 3:15. (Jn. 1:1-3; Col. 1:16; Gá. 4:4).

En Éxodo, El es el Redentor, el Cordero de Dios, inmolado a favor de los pecadores: Exo. 12 (Jn. 1:29,36). El libro está lleno de símbolos cuyo cumplimiento se llevaría a cabo en la vida y obra de Nuestro Señor Jesucristo. Jesús representa el nuevo Exodo, nuestra liberación eterna. (Exodo 4:22; Oseas 11:1).

En Levítico, El es nuestra Santificación, nuestro Sumo Sacerdote: el libro entero. Y el libro de Hebreos en el N. T. Los sacrificios ilustran la verdad del sacrificio sustitutivo de Jesucristo. (Lev. 17:11)Levítico son buenas nuevas porque encuentra su cumplimiento en Jesús.

“La institución de los sacrificios son un regalo de Dios, no algo que hacemos para asegurar su favor, sino una provisión que EL hace por nuestra necesidad”. Alec Motyer.

En Números, El es nuestro Guía, El autor de Hebreos compara a Moisés con Jesucristo. (Heb. 3:1-6).

En Deuteronomio, El es nuestro Maestro, En Dt. 31:19 tenemos la imagen de Dios como una Roca. Cristo es la Roca que fue herida en nuestro lugar (1 Cor. 10:4) Profeta semejante a Moisés: Dt. 18:15, 18. (Jn.6:14; 7:40; Hch. 3:22-23; 7:37).

En Josué, El es el Conquistador poderoso. El Príncipe del ejército de Jehová: Josué 5:13-15. Josué-Jeshúa-Jesús. La conquista de Canaan por parte de Josué, representa a la Canaan Celestial que Jesús conquistó para sus elegidos.

En Jueces, El es nuestro Libertador. El Mensajero de Jehová: Jueces 6:11-24; 17:6. Los jueces son una figura de Jesús, ya que cada juez era un salvador para la nación; Os ha nacido hoy un Salvador que es Cristo el Señor. Con Jesús tenemos un salvador que vive para siempre. (Heb. 7:25) 

En Rut, El es nuestro Pariente Redentor. Rut 3 y 4. Booz como pariente redentor, prefigura la misión que Jesús vino a realizar como nuestro redentor.

En 1 Samuel, El es el Descendiente de Isaí. el Rey menospreciado y rechazado: 1º Sam. 16-19. Jesús: Rey, Sacerdote y Profeta. Y así como el joven David derrotó al gigante, Jesucristo aplastó a la serpiente, a satanás, al pecado. Jesús es el verdadero y único Ungido de Dios. (1 Sam. 17).

En 2 Samuel, El es el Hijo de David. Ni Saúl ni David eran los reyes. El verdadero Rey que restaurará todas las cosas es Jesús, el Rey del universo. (Mat. 2:1-2). (Lc. 1:31-33)

En 1 y 2 Reyes, 1 y 2 Crónicas El es el Rey de Reyes. El Señor del cielo y de la tierra. El Sumo Sacerdote intercesor. Como el templo en el pasado, Jesús es ahora la vía de acceso al Padre. (2 Cró. 7:14; Heb. 10:19-22; Mat. 17:15).

En Esdras, El es nuestro Templo reconstruido. El Cumplidor y Predicador de la Ley: Esdras 7:10 (Mt. 5:17-18; Lc. 24:44-45).

En Nehemías, El es nuestro Muro poderoso. El Intercesor y Edificador, Restaurador: Neh.1:11; 2:20. (Ro. 8:34; He.7:25; Lc. 24: Mt. 16:18).

En Ester, El es nuestro Protector. Aunque es el único libro que no menciona a Dios, a través de Ester y Mardoqueo, nos recuerda que El tiene el control soberano sobre todas las cosas y el cumplimiento de sus decretos.

En Job, El es el Redentor vivo, resucitado y esperado: Job 19:25-27. El verdadero inocente que sufrió y padeció voluntariamente para la salvación de su pueblo (1 Pedro 2:21; 4)

En Salmos, El es nuestra Canción. El Hombre Bienaventurado. El Hijo de Dios e Hijo del Hombre (Salmos 110:1; 45:6; 89:3-4, 20, 29, 34-47; 132:11); El Cristo de la Cruz (Salmos 2:1-3; 41:9, 22:1, 6-7, 11, 12-18). El Pastor Divino. El Rey Triunfante y Gobernante (Salmos 2; 45; 72). El Director de las alabanzas. La Piedra Angular. David tipifica a Cristo.

En Proverbios, El es nuestra Sabiduría. La Sabiduría personificada: Pr. 8. 

En Eclesiastés, El es nuestro Propósito. El Sabio olvidado: Ec. 9:13-16. Sólo Jesús puede llevarnos de una vida sin sentido a una con propósito; de estar trabajados y cargados, al reposo eterno.

En Cantares, El es nuestro Amante. El Amado de mi alma: Cnt. 2:16. Se evidencia el evangelio en el amor matrimonial. Bodas del Cordero (Ap. 19:7-8; 21:2). 

En Isaías, El es el Príncipe de paz. El Siervo Sufriente y nuestro Sustituto: Isa. 52:13-53:12.

En Jeremías, El es nuestro Bálsamo de Galaad. El Renuevo justo de David: Jr. 23:5-6. Hb. 8. El mayor número de profecías cumplidas, se encuentra en este libro.

En Lamentaciones, El es el Fiel. El Varón de dolores: Lm. 1:12-18. “Tomado como un todo, el lamento de Jeremías por Jerusalén anticipa las lágrimas que Jesús derramó más adelante por la misma ciudad ante su desolación espiritual. (Mt. 23:37-38). (Ryken, P.317)

En Ezequiel, El es nuestra Rueda en medio de una rueda. El Hombre glorificado en el trono: Ez. 1:26; 17:22; 34:23-29; 37.

En Daniel, El es el Eterno. El Rey de Reyes y Señor de Señores. La Piedra que llena toda la tierra: Dn. 2:34-35, 44-45. Dios sabe lo que va a pasar, porque lo ha decretado todo y al final El reinará.

En Oseas, El es nuestro Amante fiel. El Hijo mayor de David: Os. 3:5 (Sal. 39:27). El que compró en el mercado a la mujer adúltera. Jesús es la causa por la cual Dios nunca destruirá a su pueblo.

En Joel, El es nuestro Refugio. El Señor de toda bondad: Jl. 2:18-19. Promesa de restauración. 

En Amós, El es el Juez. El Ejecutor de todo juicio: Am. 1:2; 7:4 (Jn. 5:22; Hch. 17:31). “La profecía de Amós apunta a un tiempo de reunificación futuro bajo un rey davídico”. Daniel Hays, The Message of the Prophets, P. 293.

En Abdías, El es Señor del Reino. El Rey y Salvador del monte de Sion: Abd. 17, 21.

En Jonás, El es nuestra Salvación. El Salvador sepultado y resucitado: Jon. 2.

En Miqueas, El es el Juez. El Señor de la eternidad: Mi. 5:2.

En Nahum, El es el Dios celoso. La Fortaleza en el día de la angustia: Nah. 1:7.

En Habacuc, El es el Santo. Ancla del justificado por la fe: Hab. 2:4; 3:18.

En Sofonías, El es el Redentor. El Juez y Purificador en medio de Israel: Sof. 3:5, 15.

En Hageo, El Derroca a los enemigos. El Deseado de todas naciones: Hag. 2:7.

En Zacarías, El es Jehová de los Ejércitos. El Renuevo y Pastor herido: Zac. 3:8; 13:7.

En Malaquías, El Viene a la tierra. El Sol de justicia: Mal. 4:2.

Con este resumen pretendo exaltar el nombre que es sobre todo nombre, rendir culto al único digno de honor y recordar, que EL vino al mundo un día, como un ser humano para luego entregarse como sacrificio vivo por los pecados de sus elegidos, quienes disfrutarán con El de la vida eterna y la Gloria venidera, eso sí es motivo de celebración y no sólo uno, sino todos los días del resto de nuestras vidas, que lo que antes fue sombra, hoy es realidad. A Dios sea la Gloria, Honra y Honor por los siglos de los siglos. Amén.






Fuentes: 
Estudio “El Libro de Dios, Libro x Libro”, Ps. Salvador Gómez Dickson.
Eugenio Danyans – Conociendo a Jesús en el AT,ed. Clie
http://shadowmountain.org/

domingo, 4 de diciembre de 2016

CIELO E INFIERNO: DOS DESTINOS POSIBLES PARA EL ALMA HUMANA


Es triste y preocupante escuchar, cada vez que ocurren tragedias como las que recientemente nos han tocado de cerca, o cuando muere algún familiar o amigo, cómo las personas afirman con tanta seguridad, que aquellos que partieron de este mundo, ahora están en el cielo. Y es normal escucharlo, pues dichas afirmaciones parten de los corazones de personas cuyos vínculos con los fallecidos los hacen desear lo mejor para ellos, y de igual manera, aunque el vínculo no existiera, siempre está la tendencia del ser humano a pensar o desear lo bueno en estos casos, como una manera de solidarizarse con el dolor ajeno.

Pero como dije al inicio, es preocupante porque hace falta mucho más que esos buenos deseos u oraciones post mortem, para que sea una realidad. Por el contrario, lo que sí es real es que además del cielo, existe un infierno, que no es otra cosa que el lugar donde las almas de los malvados son arrojadas y permanecen atormentadas, envueltas en densas tinieblas, reservadas para el juicio del gran día. Fuera de estos dos lugares para las almas separadas de sus cuerpos, las Escrituras no admiten ningún otro. Y mientras, en la gran mayoría de iglesias les enseñan a las personas normas morales para "portarse bien" en esta tierra, consejos para tener un buen matrimonio y cómo criar los hijos, estrategias para tener negocios prósperos, tips para lograr buenas relaciones interpersonales, muchos de ellos se van a la eternidad sin Dios.

¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique?.... ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: !!Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas! Mas no todos obedecieron al evangelio; pues Isaías dice: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio? Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios. (Rom. 10:14-17.RV60).

Se preocupan tanto por vivir bien y correctamente, por tener bienestar aquí, que descuidan lo principal.

El infierno es real, aunque desde los púlpitos no se mencione o si se hace, sea de manera incorrecta.

Insisto, es preocupante que no se le advierta a las personas sobre los riesgos de convivir con el pecado, si como ya hemos visto en múltiples oportunidades, la muerte no avisa, simplemente llega por sorpresa.

Quizá al leer ésto, te suene fatalista e incluso fantasioso. Quizá seas de esas personas que piensa que esta es la única vida, que hay que aprovecharla porque luego no hay nada más. O quizá creas que tu mism@, esforzándote, puedes hacer algo para evitar un destino tan terrible.

Pero.... y qué si no es como crees? has contemplado alguna vez la posibilidad de que sea cierto, que existe un infierno y que tu alma puede ir a parar allá?

....Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama. Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado..... (Lucas 16:19-31.RV60)

Crees que vale la pena correr el riesgo cuando hay tanto en juego? Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma? (Mateo 16:26.RV60).

Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. (Isaías 55:6.RV60)

Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto? (Juan 11:25-26.RV60)

No en vano, en tres ocasiones en la carta a los Hebreos, su autor nos exhorta así...

Por lo cual, como dice el Espíritu Santo: Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones....(Hebreos 3:7-8.RV60).

Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones, como en la provocación. ¿Quiénes fueron los que, habiendo oído, le provocaron? ¿No fueron todos los que salieron de Egipto por mano de Moisés? ¿Y con quiénes estuvo él disgustado cuarenta años? ¿No fue con los que pecaron, cuyos cuerpos cayeron en el desierto? ¿Y a quiénes juró que no entrarían en su reposo, sino a aquellos que desobedecieron? Y vemos que no pudieron entrar a causa de incredulidad.(Hebreos 3:15-19.RV60).

...otra vez determina un día: Hoy, diciendo después de tanto tiempo, por medio de David, como se dijo: Si oyereis hoy su voz, no endurezcáis vuestros corazones. (Hebreos 4:7.RV60).

Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. (Juan 10:27-28.RV60)


Bendiciones, Gracia y Paz