martes, 13 de diciembre de 2016

NAVIDAD: MUCHO MAS QUE TRADICIÓN


En esta época de luces, adornos, regalos y reuniones, muchos se reúnen frente a un pesebre durante 9 días consecutivos a rezar la novena al “niño Dios”, con la esperanza de que sus mayores sueños y anhelos sean concedidos, siempre pidiendo algo a cambio de. Y cualquier observador desprevenido podría catalogar toda esta actividad como algo bonito, sano, después de todo, se hace en nombre de Dios y reúne a la familia; sí, pero tristemente, olvidando lo realmente importante: La Navidad (Natividad) es la conmemoración del nacimiento del Mesías prometido desde Génesis y a través de todo el AT, como bien se puede evidenciar durante su lectura juiciosa.

En Génesis, El es el Creador y la Simiente de la mujer: Gén. 1:1; 3:15. (Jn. 1:1-3; Col. 1:16; Gá. 4:4).

En Éxodo, El es el Redentor, el Cordero de Dios, inmolado a favor de los pecadores: Exo. 12 (Jn. 1:29,36). El libro está lleno de símbolos cuyo cumplimiento se llevaría a cabo en la vida y obra de Nuestro Señor Jesucristo. Jesús representa el nuevo Exodo, nuestra liberación eterna. (Exodo 4:22; Oseas 11:1).

En Levítico, El es nuestra Santificación, nuestro Sumo Sacerdote: el libro entero. Y el libro de Hebreos en el N. T. Los sacrificios ilustran la verdad del sacrificio sustitutivo de Jesucristo. (Lev. 17:11)Levítico son buenas nuevas porque encuentra su cumplimiento en Jesús.

“La institución de los sacrificios son un regalo de Dios, no algo que hacemos para asegurar su favor, sino una provisión que EL hace por nuestra necesidad”. Alec Motyer.

En Números, El es nuestro Guía, El autor de Hebreos compara a Moisés con Jesucristo. (Heb. 3:1-6).

En Deuteronomio, El es nuestro Maestro, En Dt. 31:19 tenemos la imagen de Dios como una Roca. Cristo es la Roca que fue herida en nuestro lugar (1 Cor. 10:4) Profeta semejante a Moisés: Dt. 18:15, 18. (Jn.6:14; 7:40; Hch. 3:22-23; 7:37).

En Josué, El es el Conquistador poderoso. El Príncipe del ejército de Jehová: Josué 5:13-15. Josué-Jeshúa-Jesús. La conquista de Canaan por parte de Josué, representa a la Canaan Celestial que Jesús conquistó para sus elegidos.

En Jueces, El es nuestro Libertador. El Mensajero de Jehová: Jueces 6:11-24; 17:6. Los jueces son una figura de Jesús, ya que cada juez era un salvador para la nación; Os ha nacido hoy un Salvador que es Cristo el Señor. Con Jesús tenemos un salvador que vive para siempre. (Heb. 7:25) 

En Rut, El es nuestro Pariente Redentor. Rut 3 y 4. Booz como pariente redentor, prefigura la misión que Jesús vino a realizar como nuestro redentor.

En 1 Samuel, El es el Descendiente de Isaí. el Rey menospreciado y rechazado: 1º Sam. 16-19. Jesús: Rey, Sacerdote y Profeta. Y así como el joven David derrotó al gigante, Jesucristo aplastó a la serpiente, a satanás, al pecado. Jesús es el verdadero y único Ungido de Dios. (1 Sam. 17).

En 2 Samuel, El es el Hijo de David. Ni Saúl ni David eran los reyes. El verdadero Rey que restaurará todas las cosas es Jesús, el Rey del universo. (Mat. 2:1-2). (Lc. 1:31-33)

En 1 y 2 Reyes, 1 y 2 Crónicas El es el Rey de Reyes. El Señor del cielo y de la tierra. El Sumo Sacerdote intercesor. Como el templo en el pasado, Jesús es ahora la vía de acceso al Padre. (2 Cró. 7:14; Heb. 10:19-22; Mat. 17:15).

En Esdras, El es nuestro Templo reconstruido. El Cumplidor y Predicador de la Ley: Esdras 7:10 (Mt. 5:17-18; Lc. 24:44-45).

En Nehemías, El es nuestro Muro poderoso. El Intercesor y Edificador, Restaurador: Neh.1:11; 2:20. (Ro. 8:34; He.7:25; Lc. 24: Mt. 16:18).

En Ester, El es nuestro Protector. Aunque es el único libro que no menciona a Dios, a través de Ester y Mardoqueo, nos recuerda que El tiene el control soberano sobre todas las cosas y el cumplimiento de sus decretos.

En Job, El es el Redentor vivo, resucitado y esperado: Job 19:25-27. El verdadero inocente que sufrió y padeció voluntariamente para la salvación de su pueblo (1 Pedro 2:21; 4)

En Salmos, El es nuestra Canción. El Hombre Bienaventurado. El Hijo de Dios e Hijo del Hombre (Salmos 110:1; 45:6; 89:3-4, 20, 29, 34-47; 132:11); El Cristo de la Cruz (Salmos 2:1-3; 41:9, 22:1, 6-7, 11, 12-18). El Pastor Divino. El Rey Triunfante y Gobernante (Salmos 2; 45; 72). El Director de las alabanzas. La Piedra Angular. David tipifica a Cristo.

En Proverbios, El es nuestra Sabiduría. La Sabiduría personificada: Pr. 8. 

En Eclesiastés, El es nuestro Propósito. El Sabio olvidado: Ec. 9:13-16. Sólo Jesús puede llevarnos de una vida sin sentido a una con propósito; de estar trabajados y cargados, al reposo eterno.

En Cantares, El es nuestro Amante. El Amado de mi alma: Cnt. 2:16. Se evidencia el evangelio en el amor matrimonial. Bodas del Cordero (Ap. 19:7-8; 21:2). 

En Isaías, El es el Príncipe de paz. El Siervo Sufriente y nuestro Sustituto: Isa. 52:13-53:12.

En Jeremías, El es nuestro Bálsamo de Galaad. El Renuevo justo de David: Jr. 23:5-6. Hb. 8. El mayor número de profecías cumplidas, se encuentra en este libro.

En Lamentaciones, El es el Fiel. El Varón de dolores: Lm. 1:12-18. “Tomado como un todo, el lamento de Jeremías por Jerusalén anticipa las lágrimas que Jesús derramó más adelante por la misma ciudad ante su desolación espiritual. (Mt. 23:37-38). (Ryken, P.317)

En Ezequiel, El es nuestra Rueda en medio de una rueda. El Hombre glorificado en el trono: Ez. 1:26; 17:22; 34:23-29; 37.

En Daniel, El es el Eterno. El Rey de Reyes y Señor de Señores. La Piedra que llena toda la tierra: Dn. 2:34-35, 44-45. Dios sabe lo que va a pasar, porque lo ha decretado todo y al final El reinará.

En Oseas, El es nuestro Amante fiel. El Hijo mayor de David: Os. 3:5 (Sal. 39:27). El que compró en el mercado a la mujer adúltera. Jesús es la causa por la cual Dios nunca destruirá a su pueblo.

En Joel, El es nuestro Refugio. El Señor de toda bondad: Jl. 2:18-19. Promesa de restauración. 

En Amós, El es el Juez. El Ejecutor de todo juicio: Am. 1:2; 7:4 (Jn. 5:22; Hch. 17:31). “La profecía de Amós apunta a un tiempo de reunificación futuro bajo un rey davídico”. Daniel Hays, The Message of the Prophets, P. 293.

En Abdías, El es Señor del Reino. El Rey y Salvador del monte de Sion: Abd. 17, 21.

En Jonás, El es nuestra Salvación. El Salvador sepultado y resucitado: Jon. 2.

En Miqueas, El es el Juez. El Señor de la eternidad: Mi. 5:2.

En Nahum, El es el Dios celoso. La Fortaleza en el día de la angustia: Nah. 1:7.

En Habacuc, El es el Santo. Ancla del justificado por la fe: Hab. 2:4; 3:18.

En Sofonías, El es el Redentor. El Juez y Purificador en medio de Israel: Sof. 3:5, 15.

En Hageo, El Derroca a los enemigos. El Deseado de todas naciones: Hag. 2:7.

En Zacarías, El es Jehová de los Ejércitos. El Renuevo y Pastor herido: Zac. 3:8; 13:7.

En Malaquías, El Viene a la tierra. El Sol de justicia: Mal. 4:2.

Con este resumen pretendo exaltar el nombre que es sobre todo nombre, rendir culto al único digno de honor y recordar, que EL vino al mundo un día, como un ser humano para luego entregarse como sacrificio vivo por los pecados de sus elegidos, quienes disfrutarán con El de la vida eterna y la Gloria venidera, eso sí es motivo de celebración y no sólo uno, sino todos los días del resto de nuestras vidas, que lo que antes fue sombra, hoy es realidad. A Dios sea la Gloria, Honra y Honor por los siglos de los siglos. Amén.






Fuentes: 
Estudio “El Libro de Dios, Libro x Libro”, Ps. Salvador Gómez Dickson.
Eugenio Danyans – Conociendo a Jesús en el AT,ed. Clie
http://shadowmountain.org/

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