martes, 20 de diciembre de 2016

EL PADRENUESTRO: UNA ORACIÓN PARA LOS HIJOS DE DIOS (1ª PARTE)



El Padrenuestro es, creo yo, sin temor a equivocarme, la oración más conocida, repetida y malentendida desde hace mucho tiempo. Irónicamente se utiliza como parte de un ritual de vanas repeticiones, como las que el mismo Jesús pidió no hacer (Mt. 6:7), lo cual la convierte en una palabrería sin sentido, cuyo orador no sabe realmente lo que está diciendo.

La mayoría de las personas dicen creer y adorar a un Dios al que tan sólo conocen a manera de título, pero no a Dios mismo. La primera parte de la oración nos lleva a la cruz, nos trae a memoria el sacrificio de Cristo, por el cual podemos dirigirnos a Dios como Padre y he aquí el primer error, algo bien importante a dejar claro es que aunque El Dios al que oramos es nuestro Padre que está en los cielos y es Soberano, no todos pueden acercarse a Dios como Padre porque no lo es. (Jn. 1:10.12; Jn. 14:6; Rom. 8:15-17).
 
En Lucas 11:1, luego de que Jesucristo ha terminado de orar, uno de los discípulos se le acerca pidiéndole instrucciones específicas sobre cómo orar, una de las guías espirituales más esenciales que El les dejó.

Mateo, también registra esta enseñanza en Mateo 6:5-13; y así como los discípulos, nosotros también necesitamos pedirle al Señor que nos guíe en como orar, porque en verdad, no sabemos hacerlo de la manera correcta, es decir, como Dios quiere que lo hagamos, pues para El, no sólo es importante la intención del corazón, sino que las cosas se hagan a Su manera y no a la nuestra. Así como Dios no dejó a nuestra decisión la manera de obedecer, sino que nos dio los mandamientos, este modelo es para utilizar en nuestro tiempo especial de oración y comunión con El.

Luego de la introducción, siguen 6 peticiones, las 3 primeras para con Dios y las 3 siguientes para con nosotros.

Primera petición : Santificado sea tu nombre (Mt. 6:9), es el propósito de la oración. Santificar : separar o hacer diferente.

Jesucristo enfatiza la santidad del Dios a quien oramos. El nombre de Dios se describe en la traducción griega original, como «sagrado,» (1 Sam. 2:2; Is. 6:3; 1 Pe. 1:16).

Segunda Petición : Venga tu Reino. (Mt. 6:10ª)

Jesucristo identifica la prioridad de orar más importante: el regreso del Reino de Dios a la Tierra – y cuanto antes mejor; pero Qué es el Reino de Dios? Qué es lo que estamos pidiendo? El pueblo de Dios, en el lugar de Dios, bajo el gobierno de Dios. Es el mismo reino de que David habló con asombro (Sal. 103:19; 45:11-13), el lugar de donde vino nuestro Salvador (Juan 18:36), y la esperanza para el futuro de la humanidad que Juan previó (Ap. 21:1-4). Jesucristo habla de la importancia de buscar el Reino de Dios. (Mt. 6:33) y a causa de su sacrificio en beneficio de los escogidos, el regreso del Reino de Dios es una cuestión de «cuándo,» no de «si.» (Mr. 1:15) Nosotros, como creyentes cristianos, debemos considerar esta parte de la oración del Señor no como ilusiones, sino el punto culminante de la historia de humanidad. El regreso del Reino de Dios se desencadenó en Calvario. 

¿Estarás listo para cuando llegue el fin? (Mt. 24:4-14, 44)

Tercera Petición: Hágase Tu Voluntad (Mt. 6:10b)

Nosotros seres humanos tenemos la costumbre absurda de creer que podemos convencer a Dios de cumplir nuestro mandato. Claro que sí, oramos con las palabras «Hágase tu voluntad» mientras, en verdad, deseamos que Dios haga la voluntad nuestra. Y nos decepcionamos cuando no nos obedece. (San. 4:3)

Pero, y cómo saber cuál es la voluntad de Dios? Existen dos aspectos de la voluntad soberana de Dios: La voluntad secreta o decretal que nos dice que El es Soberano y que ha decretado todo lo que sucede. Es decir que hace lo que quiere conforme a su voluntad. Por eso no nos da todo lo que deseamos si le pedimos en el nombre de su Hijo, aunque sea verdad que Jesucristo dijo algo de este modo (Juan 14:14); sí, Dios nos dará lo que pedimos usando el nombre de Jesucristo, pero debe ser una oración por algo que trae gloria a su nombre. (Juan 14:13). 

la voluntad revelada (Dt. 29:29), que nos sirve para conocerlo y saber cómo vivir de la manera que a El le agrada, la cual encontramos en su bendita Palabra. 


Continuará.......

Bendiciones, Gracia y Paz

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