jueves, 18 de enero de 2024

De la Abundancia del Corazón Habla la Boca

 



S. Lucas‬ ‭6:45‬. El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca.

Esta mañana he estado meditando en este versículo que ha estado rondando, dando vueltas en mi cabeza y me surgieron un par de inquietudes.

Si Jesucristo dice que no hay ni un solo hombre bueno, sólo Dios, (Mr. 10:18) y si el corazón es engañoso y perverso (Jer. 17:9), si del corazón provienen los malos pensamientos (Mr. 7:21-23), entonces podríamos afirmar que de nuestro corazón nunca saldrá algo bueno y por lo tanto de nuestras bocas tampoco?

Bueno, Lucas en este pasaje nos indica que debemos prestar atención a lo que las personas hablan, ya que es un reflejo de quiénes son (por sus frutos los conocerán). Hablando específicamente de los creyentes, podremos evidenciar su real estado espiritual. Recordemos que Proverbios. 4:23 dice que sobre toda cosa guardemos nuestro corazón porque de él mana la vida. Nuestro corazón, que en la Escritura es sinónimo de mente, es donde almacenamos todo lo que es importante, por ello el versículo en cuestión especifica "del buen tesoro de su corazón" y ello me llevó a una de las parábolas que Jesús refirió en Mateo 13, donde compara el reino de los cielos con un tesoro escondido, que alguien encuentra y del gozo que eso le produce, vende todo lo que tiene para comprar ese terreno donde encontró el tesoro. También Jesús afirma en (Mt. 6:21) que donde esté nuestro tesoro, allí estarán los deseos de nuestro corazón.

Para un creyente, la Escritura debe ser su gran tesoro, ese buen tesoro que debemos guardar en nuestros corazones, para que así seamos testigos de Cristo, reflejando su carácter y todos puedan decir de nosotros que del buen tesoro de nuestro corazón hablamos.

Que Dios nos ayude a llenar nuestras mentes de Él y de su bendita Palabra, en el nombre de Jesús, amén.

Bendiciones, Gracia y Paz.

jueves, 4 de enero de 2024

Reflexiones sobre el Salmo 25




En este hermoso salmo de David podemos observar un poco la estructura de la oración modelo que Jesús nos enseñó.

El salmista comienza alabando a Dios. ‭‭Verso 1. A ti, oh Jehová, levantaré mi alma. Luego expresa su confianza en El, y a continuación expone sus peticiones entrelazadas con afirmaciones acerca del carácter de Dios.

[3] Ciertamente ninguno de cuantos esperan en ti será confundido; serán avergonzados los que se rebelan sin causa.

[6] Acuérdate, oh Jehová, de tus piedades y de tus misericordias, que son perpetuas.

Todo ésto lo vemos en los primeros 7 versos. Pero a partir del verso 8, la dinámica cambia. David ya no pide, ahora afirma, pues está seguro de y en Su Señor. Al conocer a Dios como bueno y recto, el salmista está seguro de que responderá a sus peticiones. Versos 8, 9, 12, 14 "Por tanto... Enseñará, encaminará, hará conocer, sacará..." A quienes? Versos 8-10, 12,14-16, "pecadores, humildes, mansos, los que guardan Su pacto, al que le teme, afligidos".

Y termina, a partir del verso 18, con las mismas 2 peticiones que culminan el Padre Nuestro. "Perdona todos mis pecados". Verso 20 "guarda mi alma y líbrame".

Es realmente maravilloso ver en las Escrituras cómo todo encaja, todo cobra sentido, todo se relaciona, pues es un libro que narra una historia: la historia de redención, cuyo protagonista es uno solo: Jesucristo, su tema principal es la Gracia, y cuyo autor supremo es Dios.


Bendiciones, Gracia y Paz