martes, 29 de marzo de 2016

CABEZA Y NO COLA


Te pondrá Jehová por cabeza, y no por cola; y estarás encima solamente, y no estarás debajo, si obedecieres los mandamientos de Jehová tu Dios, que yo te ordeno hoy, para que los guardes y cumplas, y si no te apartares de todas las palabras que yo te mando hoy, ni a diestra ni a siniestra, para ir tras dioses ajenos y servirles. (Deuteronomio 28:13-14. RVR1960).

Qué hermosa y maravillosa promesa de parte de nuestro Señor, bien conocida además, porque quizá la hemos escuchado y se sigue escuchando a menudo durante los cultos. "Te pondrá Jehová por cabeza, y no por cola; y estarás encima solamente, y no estarás debajo".

Ese es el tipo de enseñanza que forma cristianos que creen ser los dueños del universo, los consentidos de Dios, los más grandes y maravillosos seres puestos sobre la tierra, capaces de conseguir cualquier cosa y estar más pendientes de lograr sus sueños que de agradar a Dios, por el simple hecho de ser cristianos, ignorando su triste condición real. Pero..... será eso realmente lo que Dios piensa acerca de nosotros? será eso realmente lo que quiere Dios decirnos en este pasaje? Y qué pasa con la porción restante del versículo en cuestión, la cual es omitida o simplemente se pasa de largo sin profundizar en ella? .... "SI obedecieres los mandamientos de Jehová tu Dios, que yo te ordeno hoy, para que los guardes y cumplas, y si no te apartares de todas las palabras que yo te mando hoy, ni a diestra ni a siniestra, para ir tras dioses ajenos y servirles."

La palabra "SI", implica una condición para que Dios cumpla lo prometido; es decir, Dios hará todo lo anterior, SI y sólo SI nosotros cumplimos con nuestra parte.

Y entonces el ser "cabeza y no cola, estar encima y no debajo" implica gozar de privilegios en esta tierra, ocupar posiciones importantes quizá dentro del ministerio, la iglesia, o tal vez en nuestros trabajos seculares, simplemente para mostrarle al mundo lo que se puede obtener estando del lado de Dios, siendo cristianos? NO rotundo, no se trata de nada de cosas vanas. recordemos las palabras de Jesús en Mateo 18:1-5 y en Lucas 22:24-30.

De lo que se trata este versículo es que si obedecemos a nuestro Dios, seremos verdaderos testigos de Jesucristo, seremos ejemplo a seguir (cabeza) y no seguiremos las costumbres de este mundo, yendo tras y sirviendo a dioses falsos (cola). Seremos dignos del honor de ser proclamados luz del mundo.(Mateo 5:14-16)....la cual no se esconde (cabeza, encima).

Basta ya de seguir siendo siervos de la costumbre y esclavos de la opinión humana, como bien lo mencionó Spurgeon. Dejemos pues la cobardía y tomemos nuestra verdadera y correcta posición por Jesús. Defendamos con humildad, pero también con firmeza nuestro legado, el evangelio verdadero. A eso hemos sido llamados, a ser cabeza y no cola.


Bendiciones, Gracia y Paz

jueves, 24 de marzo de 2016

UNA PRÁCTICA NOVEDOSA


Quien popularizó este estilo de llamado al frente y la oración pública de fe fue Charles Grandison Finney, (29 de agosto de 1792 – 16 de agosto de 1875).

Él implantó una novedosa forma de ayudar a Dios a captar la atención de personas. Y digo novedosa porque entre los siglos I y XVIII, la iglesia NUNCA lo hizo así.

Para Charles Grandison, la depravación del hombre era simplemente una “actitud voluntaria de la mente,” y no algo con lo que nacen los seres humanos. Por lo tanto, su conversión dependía de que la voluntad humana fuera convencida o persuadida por el predicador para mover esa voluntad hacia decidirse por Cristo y desechar el pecado.

Qué triste y desafortunada conclusión, porque el ser humano nace muerto espiritualmente, esclavo del pecado y ciego, incapaz de comprender (aceptar) la palabra de Dios.

El ser humano no puede convencer de pecado; de hecho, el hombre necesita de vida espiritual; y esta vida espiritual sólo viene por la acción de la Palabra de Dios unida a la presencia del Espíritu Santo:

"La ley de Jehová es perfecta, que convierte el alma;
El testimonio de Jehová es fiel, que hace sabio al sencillo."
(Salmo 19:7)

"Y cuando El venga (El Espíritu Santo), convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio" (Juan 16:8)

Por la obra de Dios, algunos receptores del evangelio oirán el llamado celestial y en respuesta tendrán fe y correrán a Jesucristo.

Esto es una acción divina y no sucede cuando el hombre lo requiere, sino cuando Dios lo decreta.

"Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios." (Juan 1:12-13)

El hombre no puede manipular la obra de Dios; no podemos apresurarla, pero tampoco detenerla !!!

"Como no sabes cuál es el camino del viento, o cómo se forman los huesos en el vientre de la mujer encinta, tampoco conoces la obra de Dios que hace todas las cosas." Eclesiastes 11:5.

Bendiciones, Gracia y Paz


Autor: Diego Barragán

miércoles, 23 de marzo de 2016

UN TEXTO SACADO DE CONTEXTO SE CONVIERTE EN UN PRETEXTO



No se trata de buscar la iglesia perfecta (como algunos argumentan justificando su temor a cambiar). Como tampoco se trata de ignorarlo bajo la premisa de no juzgar o amparados en 1 Tesalonisenses 5:21, ignorando los versículos anteriores y posteriores... O peor aún.. Librar una batalla que no les pertenece, creyendo ingenua y erróneamente que Dios los puso ahí como atalayas, y para orar y combatir "los espíritus" que se han apoderado de su amada iglesia. Atrapados bajo montañas de "trabajo y servicio para el Señor", inmersos en todas las actividades que prentenden "ganar almas" para Cristo, ciegos guiando ciegos.
Sí.. La iglesia perfecta no existe, de acuerdo hasta ahí.

Pero eso no puede convertirse en excusa para seguir viviendo en el error. Debemos buscar y defender la sana doctrina, el culto y adoración a Dios en espíritu y en verdad y no al hombre, que es lo que abunda por estos días y desde aquellos días..1 Pedro 2:2. 2 Pedro 2:1.

"Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas. Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio."  (2 Timoteo 4:1-5 RVR1960).

Esta misma exhortación y casi súplica del apóstol Pablo, continúa vigente y va dirigida a todos hoy día, como un amoroso recordatorio e invitación a no desviarnos ni a derecha ni a izquierda, sino a guiarnos única y exclusivamente por su Palabra, la Palabra del Señor, escudriñando las Escrituras; no viviendo según el modelo del mundo, sino dejando que Dios transforme nuestras vidas, con una nueva manera de pensar. Así podremos entender y aceptar lo que Dios quiere para nosotros y también lo que es bueno, perfecto y agradable a EL.

Que el Espíritu Santo nos guíe a toda verdad.

Bendiciones, Gracia y Paz.

martes, 22 de marzo de 2016

10 PRINCIPIOS PRÁCTICOS SOBRE LA OFRENDA


1. Todo es del Señor

En ningún momento pienses que “le estás haciendo un favor a Dios” con tus ofrendas. Todo es suyo. Tú casa, tu coche, tu familia, tu dinero y tu vida. Pero Él es tan generoso, que todo lo que es suyo deja que lo llames “mío”. Cuando ofrendamos, no hacemos más que darle al Señor una pequeña parte de lo mucho que Él nos da.

2. La ofrenda es algo espiritual, no material

No se trata de ofrendar simplemente para cubrir los gastos de la iglesia. Nuestro uso del dinero expresa las prioridades de nuestro corazón. Usamos el dinero en aquello que nos interesa, aquello que amamos, o creemos que es importante. ¿En qué inviertes tu dinero? ¿Libros, pasatiempos, deporte, dulces, ropa? ¿Qué prioridad tienen las cosas del Señor en tu vida? ¿Qué importancia le das a la iglesia local y a la extensión del Reino? El presupuesto mensual es un reflejo de lo que está en nuestro corazón.

3. Ofrenda para el Señor, no para los hombres

La ofrenda es una forma más de expresar nuestra devoción hacia el Señor. En la iglesia que pastoreo en Barcelona, tenemos la costumbre de ofrendar usando un buzón en la sala de cultos, de modo que el creyente pueda ofrendar de forma privada y habiendo meditado delante de Dios. La oración, la lectura de la Palabra, o la ofrenda, son aspectos de nuestra adoración al Señor. Eso quiere decir, lamentablemente, que corremos el peligro de descuidar las ofrendas así como corremos el peligro de descuidar nuestra vida de devoción privada. Pero recordemos que el hecho de que solo Dios vea qué ofrendamos, no hace las ofrendas algo menos importante, sino todo lo contrario.

4. No ofrendes para que Dios te dé; ofrenda porque Dios te ha dado

El mal llamado “evangelio de la prosperidad” presenta el ofrendar como una forma de “negociar con Dios”. Algunos dicen “ofrenda, para que Dios te bendiga”, otros dicen “ofrenda, o Dios te castigará”, y usan algunos pasajes fuera de contexto para justificarse. Recordemos que en el Antiguo Testamento las bendiciones materiales eran sombra y figura de las bendiciones espirituales bajo el Nuevo Pacto. Hoy, Cristo es nuestra Tierra Prometida y todas las bendiciones celestiales las tenemos en Él (Ef. 1:3). No creemos que debamos ofrendar “para que Dios nos bendiga” sino al revés. Ofrendamos, porque Dios nos ha bendecido. ¿Te ha dado algo el Señor? ¿Tienes sustento y abrigo? ¿Dios provee para ti cada día? Nuestras ofrendas no son para “negociar” con Dios, sino una muestra de nuestra gratitud y devoción por su bondad y generosidad con nosotros.

5. Ofrendar es un privilegio

Hay causas muy nobles en las cuales vale la pena invertir dinero, pero no hay causa más excelente que la obra de la extensión del evangelio. No es de extrañar que haya creyentes que hayan ofrendado mucho para el avance del Reino. Vale la pena. Quien ha encontrado el tesoro escondido, ya no tiene el mismo apego a las cosas terrenales. Si Dios entregó lo más precioso, su Hijo, y el Hijo entregó lo más precioso, su vida, el cristiano es por naturaleza alguien que da generosamente porque ha sido objeto de la generosidad de Dios y desea que muchos más escuchen del camino de salvación.

6. Ofrendar es una responsabilidad

En algunos casos Dios ha usado a los incrédulos para proveer para su causa, como cuando los egipcios entregaron el oro a los hebreos. Pero en general, ese no es el caso. Los creyentes son los que con sus ofrendas envían misioneros, sostienen a sus pastores, construyen sus iglesias, etc. El apoyo de cada iglesia local es una responsabilidad de los miembros que la componen. El creyente puede ofrendar de muchas maneras, y a muchos lugares, pero nunca debiera de obviar esta responsabilidad principal con su propia iglesia.

7. Ofrenda con generosidad

No se trata de debatir si hemos de dar el diezmo, o más, o menos. En el Antiguo Testamento el diezmo era parte de la ley, y no había uno sino varios diezmos (Dt. 26:12-13). Normalmente, quien cuestiona el diezmo no es porque quiera ofrendar más. El diezmo ha quedado para nosotros como una medida de lo que ofrendar, no una imposición. Hay momentos en los cuales no nos es posible dar el diezmo, y otros momentos en los que el diezmo será muy poco. Cada uno ofrende “según haya prosperado” (1 Co. 16:2). En el Nuevo Pacto la ofrenda obedece a principios espirituales, y debe ser generosa, en amor, y con gozo, porque la ofrenda brota de la actitud de adoración de un corazón agradecido, y está expresando nuestra dependencia de Dios (Lc. 21:3-4).

8. La ofrenda es una inversión espiritual

En 2 Corintios 9 el apóstol Pablo da instrucciones sobre cómo ofrendar. En el v.6 escribe “El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará”. Todos queremos ver pecadores venir a Cristo, y bautismos, y nuevas iglesias, y el evangelio llegando a todas las naciones, pero para segar es necesario sembrar. Dios usa el esfuerzo, el tiempo, y las ofrendas de los creyentes para traer fruto espiritual en su tiempo. No veamos las ofrendas como dinero perdido, sino como dinero invertido en una causa con implicaciones eternas.

9. Ofrenda con gozo

Nos recuerda también 2 Co. 9:7 que hemos de ofrendar “no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre”. Recuerda, que la ofrenda es parte de tu culto al Señor. ¿Acaso cantas enfadado, y oras con fastidio? ¡Claro que no! Pues tampoco ofrendes con tristeza. Que aquello que decidas ofrendar sea con alegría y gratitud en tu corazón, porque no solo ofrendas dinero. La mejor ofrenda que los magos trajeron a Belén no fue el oro, ni el incienso, ni la mirra, sino la actitud de verdadera adoración (Mt. 5:23-24).

10. Ofrenda medidamente

De nuevo 2 Corintios 9 expresa claramente “Cada uno dé como propuso en su corazón”. La ofrenda no se debe improvisar el domingo, rascando en el bolsillo a ver qué encuentro. Cuando el dinero llegue a tus manos, ya sea el salario, o un regalo, o una herencia de tu bisabuelo, decide en oración delante del Señor qué hacer con ello. ¿Vas a ofrendar? ¿Cuánto? ¿Tienes la actitud correcta en tu corazón? Y según hayas meditado, prepara tu ofrenda para llevarla el domingo. En el caso de aquellas familias donde haya varios salarios y una sola administración, la familia debe decidir junta qué van a ofrendar. En el caso de ser el único creyente en casa, decide qué vas a ofrendar con el consentimiento de tus padres, o de tu esposo, o de tu esposa. Seamos sabios, y recordemos que todo es de Dios.


“De Jehová es la tierra y su plenitud; El mundo, y los que en él habitan. Porque él la fundó sobre los mares, Y la afirmó sobre los ríos”. (Sal. 24:1-2)




Bendiciones, Gracia y Paz.



Autor: David Barceló.
Fuente: Tomada de la página Soldados de Jesucristo

miércoles, 9 de marzo de 2016

CUANDO MI RELACION CON DIOS ERA A MI MANERA…


Cuando me relacionaba con Dios a mi manera……..

…….mi vida era vacía y carecía de sentido. (filipenses 1:21)

……. creía que estaba haciendo las cosas bien y que era una buena persona porque no le hacía mal a nadie. (Génesis 4:3-5).

……. pecaba y no me importaba, ni siquiera era consciente de ello, pues vivía conforme a las leyes del mundo y como todo el mundo lo hacía, pues no era “tan malo” hacerlo. (Isaías 55:8-9; Efesios 2:2-3; 1 Juan 1:8-10).

……. rezaba, pero no oraba. (Mateo 6:7).

……. mis deseos estaban por encima de cualquier otra cosa; mis emociones y sentimientos me controlaban. (Tito 3:3)

……. hacía las cosas como a mi me parecían, sin contar con El, y cometí demasiados errores. (Proverbios 16).

..…. no tenía ni la menor idea de quién era Dios, no lo conocía. (Job 42:5; Juan 10:14-15; Juan 14:6-11)

……. jamás destinaba tiempo para estar en Su presencia; no lo consideraba necesario y además, estaba muy ocupada. (2 Crónicas 7:2; 14; Romanos 8:8)

……. jamás leía la Biblia, para qué? Si no la entendía. Pensaba que la Biblia era tan sólo un libro que contaba horrendas historias en el antiguo testamento, donde todo era sangre, muerte y sacrificios porque Dios era un Dios iracundo, pero que cambió con el nuevo testamento y ahora era un Dios bueno, de amor y que haría todo lo que yo quisiera y me daría todo lo que quisiera pedirle.
(Marcos 4:11-12; Santiago 4:3-5; 1 Juan 5:14).

desde que empecé a relacionarme con Dios a Su manera…..

…….mi vida ha sido transformada por el poder de Su amor y por su Gracia. (Romanos 8:1; 30; Juan 7:38)

……. comprendí y acepté mi incapacidad para hacer nada y mucho menos bueno, porque no está en mi naturaleza. Sólo guiada por Dios puedo hacer el bien. Como también Dios me hizo comprender que por más que me esforzara por hacer cosas “buenas”, esa no era la manera de alcanzar salvación. (Juan 15:4-5; Romanos 8:30; Efesios 2:8-9).

……. el Espíritu Santo me hace confrontar con mi pecado y me lleva al continuo arrepentimiento. (Romanos 6)

……. Aprendí a comunicarme con Dios, a orar realmente. (1 Tesalonisenses 5:17; Lucas 11:1; Filipenses 4:6)

…….Dios me ha enseñado que aunque tengo emociones, con Su ayuda las puedo controlar. (2 Timoteo 1:7; Jeremías 17:9)

……. Oro y consulto la Palabra de Dios en cualquier situación. (Salmos 119:105)

……. Dios puso en mi el deseo de conocerlo, de aprender más de El, a través de la oración y del estudio de las Escrituras. (Filipenses 2:13)

……. Como consecuencia de lo anterior, empecé a anhelar pasar tiempo con El, en su presencia, ya sea escuchando alabanzas, leyendo una porción de las escrituras, escuchando prédicas, orando. Su presencia se ha vuelto para mi cada vez más necesaria. (Salmos 42; Isaías 26:9)

……. Cada día leo más las Escrituras y la revelación del Espíritu Santo cada vez es mayor; cada día escudriño más para aprender, comprender y practicar más. (Juan 16:13; Proverbios 2:1-5; Juan 5:39; Hechos 17:11)

Finalmente he comprendido el significado de que Jesucristo no vino a abrogar la ley sino a cumplirla, que no es otra cosa sino que pagó por mis pecados y ya no tengo yo que pagar por ellos, pues que el mismo delito no puede ser juzgado dos veces y dos personas no pueden pagar por el mismo delito. Lo único que puedo hacer es tratar de vivir conforme al propósito de Dios, la vida que Jesús murió para que yo tuviese y estar infinitamente agradecida por lo que por gracia he recibido ya que no lo merecía y aún así lo recibí por misericordia divina. Y jamás perder de vista que Dios, siendo inmutable, siempre ha dado instrucciones precisas acerca de la manera como quiere que nos relacionemos con El y definitivamente es a SU manera y no a la nuestra.

Gracias Señor por tan grande misericordia y perdón. La gloria y la honra sean para Ti por los siglos de los siglos, amén.


Bendiciones, Gracia y Paz