sábado, 28 de enero de 2017

CONOCIMIENTO DOCTRINAL NO ES IGUAL A CRECIMIENTO ESPIRITUAL




En Santiago 1:22 leemos: “Sed hacedores de la palabra y no solamente oidores que se engañan a sí mismos”. ¿Estamos tomando eso en serio?

Somos tan pecadores y necesitamos tanto de la gracia de Dios, que rápidamente creemos que sólo por el simple hecho de saber más sobre lo que dice la Biblia ya hemos crecido más en amor y humildad.

Al diablo le encanta que creamos que el conocimiento doctrinal es igual al crecimiento espiritual, porque es mentira. Esa idea, al contrario, nos inclina al orgullo espiritual y nos conduce a tener una mentalidad un tanto superficial a la hora de discipular a otros: Creemos que los problemas de los demás se resolverían simplemente si supieran sobre algunos hechos.

Judas escuchó todos los sermones de Jesús, y mira qué pasó con él. De hecho, el diablo sabe doctrina bíblica y conoce cuán santo, digno y bueno es Dios, mucho más que nosotros, y sigue siendo diablo ( Santiago 2:19).

Esa es la razón por la que hay personas que tienen la doctrina del evangelio pero son legalistas, personas que pueden argumentar exquisitamente la doctrina de la santificación pero no se toman en serio el llamado a vivir en santidad, personas que conocen la doctrina de la gloria de Dios pero no le dan a Dios la honra que Él merece, personas que saben que la salvación es sólo por gracia pero viven con orgullo.

Dios confronta a sus hijos constantemente por fallar al no abrazar de todo corazón las cosas que ya sabemos. Cuanto más conocemos la verdad, de alguna manera somos más responsables de creerla y vivir de acuerdo a esta (Mat 5:19-20).

En 2 Timoteo 3:16-17 vemos que el conocimiento de la Palabra de Dios es absolutamente necesario para el crecimiento espiritual. Sin conocimiento, no habrá crecimiento. Pero, es posible conocer y no crecer. Y en realidad, eso no es conocer las cosas como realmente son (1 Corintios 8:2).

Por eso quiero terminar este artículo llamándote a que nos unamos a esta oración del salmista: “Favorece a tu siervo, para que viva y guarde tu palabra. Abre mis ojos, para que vea las maravillas de tu ley… Dame entendimiento para que guarde tu ley y la cumpla de todo corazón” (Salmos 119:17-18; 34).

Necesitamos pedir esto a diario si queremos madurar espiritualmente al profundizar en la Palabra de Dios.


Bendiciones, Gracia y Paz





fuente: http://josuebarrios.com/conocimiento-doctrinal-crecimiento-espiritual/

miércoles, 18 de enero de 2017

HAGASE MI VOLUNTAD: RESULTADO DE UNA FALSA DOCTRINA


Si como cristiano, como verdadero creyente, toda tu vida está en las manos de Dios, el Dios Todopoderoso, Soberano, cuya Voluntad está por encima de todo... aclárame una duda:

¿QUE ES LO QUE TIENES QUE ARREBATARLE AL DIABLO? Acaso el poder del diablo es mayor que el Poder de Dios? o se te olvida que el diablo fue vencido en la Cruz del Calvario? 

Si tienes algo que arrebatarle al diablo, entonces tu vida no está en las manos de Dios y por consiguiente NO eres un verdadero creyente.

¿Decretar, declarar, arrebatar? esas no son enseñanzas bíblicas. Si esto es lo que haces sólo demuestras dos cosas: La primera es que NO conoces a Dios o por lo menos no al Dios de la Biblia y segundo, muestra tu soberbia al creer que tu palabra tiene poder al no depender de la voluntad de Dios que demostramos sometiéndonos a ella a través de la oración.

Aún nuestro Señor Jesucristo se sometió a la voluntad del Padre:

Lucas 22:42: diciendo: Padre, SI QUIERES, pasa de mí esta copa; pero NO SE HAGA MI VOLUNTAD, SINO LA TUYA. (Marcos 14:36; Mateo 26:42; Mateo 26:39)

Si Cristo, siendo Dios mismo, se sometió a la voluntad del Padre, quién eres tu para no hacerlo?

Todo, absolutamente todo está bajo el control de Dios, nada se le escapa, ¡aún las cosas "malas" que nos suceden¡ no olviden que Satanás le pidió permiso a Dios para zarandear a Job:

Job 1:12: Dijo Jehová a Satanás: He aquí, todo lo que tiene está en tu mano; solamente no pongas tu mano sobre él. Y salió Satanás de delante de Jehová.

Dios permite que nos sucedan cosas "malas" con un propósito y es conformar nuestro carácter a imagen de Cristo.

Seamos como Job que dijo:

Job 1:21-22: y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito. En todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno.

En Dios TODO tiene un propósito (no tiene que ver contigo ni conmigo) y es Su Gloria.

Jeremías 29:11:Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.

Y cual es el fin que como cristianos esperamos? La vida eterna... la esperanza suprema de vernos cara a cara con nuestro amado Dios... todo lo demás es añadidura, efímero y perecedero.

Déjame hacerte una pregunta:

¿Qué pensarías de un criminal que tiene en sus manos el poder para emitir decretos? Lo primero que haría sería decretar su libertad. Quizás lo segundo, decretar que otros fuesen despojados de sus pertenencias y transferidas a su cuenta...

¿De veras crees que Dios le ha dado al hombre el poder para decretar, para que lo que el hombre decrete, así mismo suceda? Amig@, en una línea la respuesta es ésta: Cuando Dios le de al hombre el poder para decretar, en ese momento, Dios deja de ser Dios para que el hombre tome su lugar.

El "Decreto" es una prerrogativa exclusiva del Gran Yo Soy, de quien es perfecto y tiene toda sabiduría para que su decreto sea siempre "bueno, agradable y perfecto" y de quien tiene todo el poder para que "conforme dice, así siempre sea hecho".

Decir "Yo decreto" es usurpar la labor de nuestro Juez y Señor, y hacerlo en el nombre de Cristo, es añadir pecado al pecado, mencionando el Nombre del Señor en vano.

Entonces, eres humilde y te sometes a la voluntad de Dios en oración o eres soberbio y sigues declarando, decretando y arrebatando?

Santiago 4:6: Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.


Bendiciones, Gracia y Paz



Tomado del muro de Juan Carlos Arenas Castillo

martes, 17 de enero de 2017

EL TAMAÑO DE LA FE


Siempre había escuchado que la fe mueve montañas, que debía tener mucha fe, que el tamaño de mi fe era directamente proporcional a la obtención de mis sueños y anhelos, que si no veía resultados en mi vida era porque no tenía la fe suficiente. Debo confesar que por algún tiempo creí estas afirmaciones y me sentí frustrada y culpable ante Dios, quien en su infinita misericordia y por su gracia y para su gloria me mostró lo siguiente:

Después los seguidores se acercaron a Jesús y le preguntaron en privado: —¿Por qué nosotros no pudimos expulsarlo? Jesús les dijo: —Eso fue porque ustedes tienen muy poca fe. Les digo la verdad: si su fe fuera tan sólo como un grano de mostaza, podrían decirle a esta montaña: “Muévete de aquí para allá”, y esta se movería. Nada les sería imposible. (Mat. 17:19-20.PDT)

Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno. (Rom. 12:3.RV60).

Fijemos nuestra mirada en Jesús, en quien la fe empieza y termina. En vez del gozo que podía haber tenido, sufrió la muerte en la cruz y aceptó la humillación como si no fuera nada. Después se sentó a la derecha del trono de Dios. (Heb. 12:2.PDT).

Jesús le dijo: —No digas: “Si puedes hacer algo”, todo es posible para el que cree. (Mar. 9:23.PDT)

Entonces los llevó afuera y les dijo: —¿Qué debo hacer para ser salvo? Le respondieron: —Cree en el Señor Jesús y serás salvo tú y todos los de tu casa. (Hec. 16:30-31.PDT)

Cuando sus seguidores vieron esto, se sorprendieron y dijeron: —¿Cómo se secó la higuera y murió tan rápido? Jesús les respondió: —Les digo la verdad: si ustedes tienen fe y no dudan, no solamente serán capaces de hacer lo que yo hice con la higuera. Es más, podrán decirle a esta montaña: “Levántate y lánzate al mar” y así sucederá. Si ustedes creen, recibirán todo lo que pidan en oración. (Mat. 21:20-22.PDT)

Repasando estos pasajes, con la ayuda del Espíritu Santo, pude comprender que el tamaño de la fe no es lo importante, porque a todos Dios nos dio una medida de fe. Lo que sí es realmente importante es el objeto de la misma; es decir en quien está puesta nuestra fe (Jesús el autor y consumador).

El no lograr algunas cosas no implica necesariamente fe insuficiente; sino mas bien que nuestra fe está puesta en nosotros mismos, en que en nuestras fuerzas podemos hacer algo y Mateo 17 lo dice claramente, una fe tan pequeña como un grano de mostaza pero en Dios, no en nosotros y acompañada de oración conforme a Su voluntad, puede hacer cualquier cosa, pues nada hay imposible para Dios.


Señor hoy te pedimos que esa medida de fe que nos has dado a cada uno, sea puesta únicamente en ti, no para mover montañas, pues sólo era una ilustración, sino para vivir para glorificarte, para obedecerte, permanecer fieles y firmes, totalmente dependientes de ti, conscientes de que apartados de ti, nada podemos hacer. Te lo pedimos y te damos gracias en el nombre de Jesús, confiados en que tu harás conforme a tu perfecta voluntad. Amén.


Bendiciones, Gracia y Paz