En Santiago 1:22 leemos: “Sed hacedores de la palabra y no solamente oidores que se engañan a sí mismos”. ¿Estamos tomando eso en serio?
Somos tan pecadores y necesitamos tanto de la gracia de Dios, que rápidamente creemos que sólo por el simple hecho de saber más sobre lo que dice la Biblia ya hemos crecido más en amor y humildad.
Al diablo le encanta que creamos que el conocimiento doctrinal es igual al crecimiento espiritual, porque es mentira. Esa idea, al contrario, nos inclina al orgullo espiritual y nos conduce a tener una mentalidad un tanto superficial a la hora de discipular a otros: Creemos que los problemas de los demás se resolverían simplemente si supieran sobre algunos hechos.
Judas escuchó todos los sermones de Jesús, y mira qué pasó con él. De hecho, el diablo sabe doctrina bíblica y conoce cuán santo, digno y bueno es Dios, mucho más que nosotros, y sigue siendo diablo ( Santiago 2:19).
Esa es la razón por la que hay personas que tienen la doctrina del evangelio pero son legalistas, personas que pueden argumentar exquisitamente la doctrina de la santificación pero no se toman en serio el llamado a vivir en santidad, personas que conocen la doctrina de la gloria de Dios pero no le dan a Dios la honra que Él merece, personas que saben que la salvación es sólo por gracia pero viven con orgullo.
Dios confronta a sus hijos constantemente por fallar al no abrazar de todo corazón las cosas que ya sabemos. Cuanto más conocemos la verdad, de alguna manera somos más responsables de creerla y vivir de acuerdo a esta (Mat 5:19-20).
En 2 Timoteo 3:16-17 vemos que el conocimiento de la Palabra de Dios es absolutamente necesario para el crecimiento espiritual. Sin conocimiento, no habrá crecimiento. Pero, es posible conocer y no crecer. Y en realidad, eso no es conocer las cosas como realmente son (1 Corintios 8:2).
Por eso quiero terminar este artículo llamándote a que nos unamos a esta oración del salmista: “Favorece a tu siervo, para que viva y guarde tu palabra. Abre mis ojos, para que vea las maravillas de tu ley… Dame entendimiento para que guarde tu ley y la cumpla de todo corazón” (Salmos 119:17-18; 34).
Necesitamos pedir esto a diario si queremos madurar espiritualmente al profundizar en la Palabra de Dios.
Bendiciones, Gracia y Paz
fuente: http://josuebarrios.com/conocimiento-doctrinal-crecimiento-espiritual/
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