lunes, 25 de febrero de 2019

QUIEN ES UN CRISTIANO?



El hermano del Señor Jesús, llamado Judas y que fue apóstol también, define con meridiana claridad quién es un cristiano, recurriendo a estas tres definiciones:

1. Un cristiano es uno que ha sido llamado por Dios. Toda religión que se conoce da a la persona la elección de pertenecer a ella o no, excepto en el cristianismo, aquí no funciona así. En la fe cristiana, es Dios quien elige a los que pertenecen a Él, esta es su prerrogativa soberana, Dios llama a los suyos cuando y como quiere. 

2. Un cristiano es llamado a santificación y esta ha de abarcar todos los aspectos de su vida, afectándolos positivamente. Aquel que llama es también el que santifica, no para que el creyente sea salvo, sino por haberlo sido. 

3. Un cristiano es uno que es guardado por Dios en Cristo. Esto nos habla de la seguridad que tiene el cristiano para perseverar en su fe, honrando su llamado y la santificación constante de la que es objeto. Toda esta es obra de Dios: llama, santifica y hace perseverar a los suyos en un ambiente que les es contrario. A éstos, misericordia, paz y amor es lo que Dios les multiplica.

Basado en lo anterior, eres un cristiano?

Bendiciones, Gracia y Paz

jueves, 21 de febrero de 2019

BUSCAS A DIOS? POR QUÉ LO BUSCAS?



De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis. Juan 6:26

El asistencialismo paternalista de un estado, organización o de cualquier otro ente, no es el método más indicado al momento de probar la fidelidad o la lealtad de las personas.

Las palabras de nuestro texto hoy, son un directo reproche a aquellas personas que seguían a Jesús por motivos erróneos. Unos días antes, la merienda de un jovencito puesta en manos de Jesús, fue suficiente para alimentar una multitud de casi diez mil personas. ¡Increíble! ¿verdad? 

Pues bien, a raíz de haberles saciado el hambre, muchos creyeron que esto sería cosa de cada día y comenzaron a seguir a Jesús a donde él fuera, pero no se interesaban ni en él ni en su mensaje, sino en el bienestar físico que obtenían. 

El oportuno reproche del Señor, tiene el propósito de hacerles ver, que en él hay mucho más que comida para saciarse. 

Pocas cosas han cambiado hoy, pues al igual que ayer, muchos que dicen “buscar” a Dios, como si él estuviera extraviado, lo hacen por motivos erróneos, egoístas y pasajeros. Ellos no quieren el compromiso de la cruz, ni la abnegación de una entrega desinteresada, quieren los beneficios que generosamente Dios ofrece y algunos para su desgracia, es todo lo que obtienen, otros en cambio, saben que teniendo a Dios como prioridad en la vida y sólo por lo que él es, tienen asegurado todo.

A uno de estos dos grupos pertenecemos y Dios lo sabe y tú, ¿también lo sabes?

No está de más que revisemos las motivaciones por las cuales seguimos al Señor.


Bendiciones, Gracia y Paz

sábado, 16 de febrero de 2019

DE LA ABUNDANCIA DEL CORAZÓN HABLA LA BOCA


Estas hermosas palabras son dirigidas por un hombre tras las rejas, a personas en libertad. ¡Qué liberadoras palabras!

Libre de resentimientos, el apóstol Pablo exhorta a los filipenses y de paso a nosotros también, a tener una mente pura, alimentada con buenos pensamientos.

Las circunstancias adversas, pueden crear en nosotros pensamientos inesperados e inapropiados, que alteran la realidad, llevándonos a pensar y actuar mal. Combatir estos pensamientos es tarea nuestra, por ello es útil que de cuando en cuando, reflexionemos acerca de aquellos pensamientos que más ocupan nuestra mente, estos se convertirán luego en palabras y estas en acciones. La mente procesa aquellas cosas de las que más se ocupa nuestro corazón, de manera que, haremos bien en pensar en lo verdadero, en lugar de lo falso, en lo honesto, en lugar de lo deshonesto, en lo que es justo, en lugar de lo injusto, en lo que es puro, en lugar de lo que es profano, en todo lo que es amable, en lugar de lo repulsivo, en aquellas cosas virtuosas y hermosas que no avergüenzan, sino que son encomiables y dignas de elogiar. Llenar la mente de este tipo de pensamientos es además terapéutico, liberador y esperanzador. Ejercitar la mente saturándola de buenos pensamientos es un deber nuestro, y como todo ejercicio, debe cultivarse a fuerza de determinación y disciplina. Sí, la misma disciplina que ponemos para otro tipo de cosas, de las que el bien que producen, es solo temporal.

La invitación es, a procurar la mente de Cristo y ¡no! claro que no es fácil, pero imposible tampoco.

A propósito, ¿qué clase de cosas son las que más acostumbras pensar?


Bendiciones, Gracia y Paz