Creo que todos conocemos la historia de
Job, a quien le sobrevinieron cantidad de calamidades y todas al mismo tiempo,
aunque él era un hombre recto ante los ojos de Dios..
Hubo en tierra de Uz un varón llamado Job; y era este hombre perfecto y recto,
temeroso de Dios y apartado del mal. (Job
1:1.RVR1960).
Sin embargo, como vemos en el capítulo 11,
su amigo Zofar, en medio de su falta de sabiduría, juzga a Job, creyendo
conocer los motivos por los cuales a Job le ha sucedido todo aquello por lo que
está sufriendo y más aún se arriesga a hablarle de lo que le espera a futuro si
se arrepiente.
Algunas veces nos apresuramos a juzgar lo
que no sabemos ni conocemos; porque quién conoce los pensamientos de Dios? Y al
ver a alguna persona pasando por momentos difíciles, quizá lo primero que se
nos ocurre pensar es “qué habrá hecho para merecer eso que le está pasando”,
como los discípulos cuando le preguntaron a Jesús si había pecado ese hombre
ciego o sus padres (Juan 9:2). Somos bastante ligeros, actuando en nuestra
carne, para diagnosticar y pronosticar cosas a las personas cercanas. Lanzamos
palabras, algunas de juicio y otras de supuesta bendición, creyendo que somos
enviados por Dios para hacerlo. En otras palabras, actuamos de manera insensata
como Zofar.
Al inicio de la historia de Job, en los
capítulos 1 y 2 se ve claramente qué fue lo que sucedió y es que Satanás (el
adversario, el acusador), tratando infructuosamente de acusar a Job, le pide
permiso a Dios para causarle sufrimiento, pues quería obtener pruebas de su
falsa acusación (que Job era recto y justo porque en todo le iba bien, luego no
había mérito en ello). Y es Dios quien lo autoriza para que destruya todas sus
cosas, incluida su familia y su salud, pero no su vida. Obviamente, esta parte
de la historia siempre es desconocida para nosotros, como lo fue para Zofar; de
ahí lo aventurado de sus precipitadas conclusiones.
Además, es una clara muestra de la
soberanía de Dios, que ni siquiera Satanás puede tocarnos, a menos que Dios se
lo permita; como en el caso de Job, quien fue probado por Dios y salió más que
victorioso de su prueba.
Y quitó Jehová la aflicción de Job, cuando
él hubo orado por sus amigos; y aumentó al doble todas las cosas que habían
sido de Job. …. Y bendijo Jehová el postrer estado de Job más que el
primero….Después de esto vivió Job ciento cuarenta años, y vio a sus hijos, y a
los hijos de sus hijos, hasta la cuarta generación. Y murió Job viejo y lleno
de días…. (Job 42:1-17.RVR1960).
Demos gracias al Señor, porque cuida de
nosotros y nada sucede sin su control. Pidamos perdón por las veces que hemos
actuado insensatamente, creyendo saber y conocer lo que no sabemos ni
conocemos, porque solo le pertenece a El en su soberana Gracia y Misericordia.
Señor, danos sabiduría para conocerte y relacionarnos contigo de la manera como
Tu lo deseas, has determinado y es agradable para Ti. En el nombre de Jesús
oramos. Amén, Amén y Amén.
Bendiciones, Gracia y Paz
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