Meditando en el Salmo 27, no pude evitar sorprenderme nuevamente por lo perfecto de nuestro Dios y Su palabra, ver cómo la Escritura se relaciona y entrelaza entre sí, tejiendo la hermosa y maravillosa historia de redención, ¡nuestra redención! (si estamos en Cristo). Cómo no agradecer? Cómo no amarlo cada vez más?
*El Señor es mi luz y mi salvación; ¿A quién temeré? El Señor es la fortaleza de mi vida; ¿De quién tendré temor?* David hablándole a su alma, como debemos hacerlo nosotros. Cuando el temor quiera llenar nuestros corazones y mentes, recordemos no solo al salmista sino Filipenses 4:8 *Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo digno, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo honorable, si hay alguna virtud o algo que merece elogio, en esto mediten.*
Nuestros enemigos hoy, son distintos a los de David, a quien perseguían para acabar con su vida, pero nosotros tenemos un enemigo poderoso que anda como león rugiente buscando a quien devorar; incluso nosotros mismos somos muchas veces nuestro peor enemigo, y así como David manifestaba *Una cosa he pedido al Señor, y esa buscaré: Que habite yo en la casa del Señor todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura del Señor y para meditar en Su templo. Porque en el día de la angustia me esconderá en Su tabernáculo; en lo secreto de Su tienda me ocultará; sobre una roca me pondrá en alto. Entonces será levantada mi cabeza sobre mis enemigos que me cercan, y en Su tienda ofreceré sacrificios con voces de júbilo; cantaré, sí, cantaré alabanzas al Señor.* Cristo es nuestro escondedero fiel como dice el himno, es nuestra Roca eterna, Roca de salvación y protección, así como nos lo enseña la oración del Padre Nuestro. Mis amados lectores, no sé si he logrado plasmar mi reflexión de tal forma que vean, como les dije al inicio, la manera como se relaciona y entrelaza la Escritura, es mi deseo y oración porque así sea y eso nos lleve a adorar y glorificar a Dios. *Hubiera yo desmayado, si no hubiera creído que había de ver la bondad del Señor en la tierra de los vivientes. Espera al Señor; Esfuérzate y aliéntese tu corazón. Sí, espera al Señor.*
Bendiciones, Gracia y Paz
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