Luego de casi 30 años de ser católica y de 5 años de ser cristiana, hoy puedo decir que estoy empezando a conocer realmente a Dios.. De oídas había oído de ti pero ahora mis ojos te ven. (Job 42:5. RVA) y quiero compartir algo de ese poco conocimiento.
He aprendido que conocer a Dios me llevará toda una eternidad; porque aunque como ya lo mencioné, he empezado mi recorrido, soy consciente de que jamás podré llegar a conocerlo y entenderlo completamente; soy incapaz por mi limitada condición humana, y El en su sabiduría se va revelando a sí mismo, poco a poco, en la medida en que podamos comprender, como bien dijo Juan Calvino que Dios nos habla como en una especie de balbuceo, como analogía para explicar que nos habla de manera que podamos entender, como si fuéramos bebés. porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó. (Romanos 1:19 RV60). …y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar. (Mateo 11:27 RV60). Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría… (1 Corintios 1:21 RV60).
He aprendido que para conocer a Dios debo conocer las Escrituras pues es el único medio que utiliza hoy en día para comunicarse con nosotros. Y aunque la creación habla de su grandeza y poder, debo confesar que anteriormente disfrutaba de la naturaleza, pero de una manera bien distinta a como lo hago actualmente. Basta con mirar algún documental de los que pasan a través de la televisión, para comprobar que tanta perfección sólo pudo ser creada por un Dios grande y perfecto como al que sirvo, como el que estoy empezando a conocer, que me tiene absolutamente maravillada y del cual les comparto hoy.
He aprendido que si bien Dios es Amor, y por amor, disciplina y perdona; también es Justo y Santo, por lo cual juzga, condena y castiga. El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros: en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios sino en que él nos amó a nosotros y envió a su Hijo en expiación por nuestros pecados. (1 Juan 4:8-10.RVA).
Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad. (1 Juan 1:9.RVA).
No deseches, hijo mío, la disciplina del SEÑOR ni te resientas por su reprensión; porque el SEÑOR disciplina al que ama, como el padre al hijo a quien quiere. (Proverbios 3:11-12.RVA).
El SEÑOR juzgará a los pueblos; júzgame, oh SEÑOR, de acuerdo con mi justicia y mi integridad. Acábese ya la maldad de los impíos, y establece al justo; pues el Dios justo pone a prueba los corazones y las conciencias. Mi escudo está en Dios, quien salva a los de recto corazón. Dios es el que juzga al justo; es un Dios que emite sentencia cada día. Si el impío no se arrepiente afilará su espada; ha dispuesto su arco y lo ha preparado. (Salmos 7:8-12.RVA).
Porque yo soy el SEÑOR su Dios, ustedes se santificarán; y serán santos, porque yo soy santo.... El SEÑOR habló a Moisés diciendo: “Habla a toda la congregación de los hijos de Israel y diles: ‘Sean santos, porque yo, el SEÑOR su Dios, soy santo. Me serán santos, porque yo, el SEÑOR, soy santo y los he separado de los pueblos para que sean míos. (Levítico 11:44; 19:2; 20:26.RVA).
He aprendido que nada, pero absolutamente nada se escapa de su total control. El es omnisciente, todo lo sabe y todo lo conoce, nada ni nadie se puede esconder de El, porque también es omnipresente y puede estar y de hecho está en todas partes al mismo tiempo.
Oh SEÑOR, tú me has examinado y conocido. Tú conoces cuando me siento y cuando me levanto; desde lejos entiendes mi pensamiento. Mi caminar y mi acostarme has considerado; todos mis caminos te son conocidos. Pues aún no está la palabra en mi lengua, y tú, oh SEÑOR, ya la sabes toda. Detrás y delante me rodeas, y sobre mí pones tu mano. Tal conocimiento me es maravilloso; tan alto que no lo puedo alcanzar... (Salmos 139:1-10. RVA).
He aprendido que Dios es eterno, siempre ha sido, es y será por los siglos de los siglos, no tiene principio ni fin; el tiempo para El no existe. Pero, amados, una cosa no pasen por alto: que delante del Señor un día es como mil años y mil años como un día. (2 Pedro 3:8. RVA).
He aprendido que Dios es inmutable, nunca ha cambiado ni nunca lo hará, siempre es el mismo. Pero tú, oh SEÑOR, permanecerás para siempre, y tu memoria de generación en generación. Tú fundaste la tierra en la antigüedad; los cielos son obra de tus manos. Ellos perecerán pero tú permanecerás. Todos ellos se envejecerán como un vestido; como a ropa los cambiarás, y pasarán. Pero tú eres el mismo y tus años no se acabarán. (Salmos 102-12; 25-27.RVA).
Por eso, lo que más me gusta de Dios es todo lo que he aprendido y que seguiré aprendiendo acerca de El, porque entre más aprendo, más quiero aprender porque más lo conozco y entre más lo conozco más lo amo.
Bendiciones, Gracia y Paz
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