Soy un inocente engañado ??? O como creyente soy responsable de no caer en la trampa de los falsos maestros ???
Para contestar esa pregunta debemos remontarnos al estado natural del hombre …
El estado del ser humano a la luz de las escrituras llamado también (Antropología Cristiana - Doctrina del Hombre).
El ser humano no es inocente, pues nacemos por el pecado heredado:
1. Muertos espiritualmente.
2. Esclavos del pecado.
3. Ciegos a la verdad,
Eramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás. Y el hombre en esa condición, distorsiona su manera de percibir a Dios.
Sin siquiera conocer la verdad no eramos inocentes ...
Luego, llegamos a la iglesia y nos predican un evangelio que está muy lejos de la verdad; donde se enseña salvación por obras y un estado humano que muestra al hombre enfermo pero no muerto, con debilidades pero no esclavo, con desaciertos pero no ciego, donde se nos dijo que Cristo murió por nosotros para heredar tierra aquí y ahora, tener el mejor vehículo y para sanar nuestra estima y lograr la auto-realización.
Lo grave del asunto es que durante todo el recorrido de este triste peregrinaje, llevábamos una Biblia bajo nuestro brazo.
Cosa que no nos deja bien parados, pues preferimos oír la voz del Dios que decíamos amar, por boca de terceros. O fue mucha confianza en el hombre, algo que condena las Escrituras; o fue ociosidad que también es condenada, o simplemente amábamos ese mensaje.
La Biblia dice que por haber gente con comezón de oír (demanda), se amontonarán maestros que les hablen fábulas (oferta). Es la demanda de un mensaje liviano y que no incomode lo que hace que hombres impíos y sin temor de Dios, tengan tanto éxito en su perversa labor. (2 Timoteo 4:3-4).
Recuerdo amar cada cosa que mencioné en este artículo; recuerdo defender a capa y espada posturas erróneas y manipulaciones sin fin; recuerdo amar el que me elevaran las emociones y albergaran deseos de éxito; amaba sentirme mejor que otros en el liderazgo y me amaba a mi misma. Por eso me gustaba la sanidad interior y echarle la culpa al demonio de mi pecado.
Cada cosa que se ha hecho mal, yo la hice. Manipulé, me auto justifiqué, también me llené de orgullo e hice la obra con las peores intenciones en algún momento (para mi gloria y no para la Gloria de Dios).
Muchos apelativos merece el ser humano, menos el de inocente; por ello estábamos perdidos y por ello necesitábamos a gritos de un Salvador, pues sólo entendiendo lo perdidos que estábamos, pudimos correr a Cristo.
Quien se ve inocente no se considera perdido y verá al Salvador como una opción y no como su único camino.
Pensar así, tarde o temprano pasará factura, pues este tipo de pensamiento reduce de manera sustancial el sacrificio de Cristo, ya que supuestamente no somos del todo malos, de hecho, no lo seríamos...
Pero lo somos !!!
También pensé acerca de mi en términos de inocencia, hasta que renuncié a mi concepto y creí a lo que dice la Escritura al respecto:
"No hay quien busque a Dios, no hay quien haga lo bueno, no hay uno, no hay ni siquiera uno." (Romanos 3:10-11)
Por ello, más que inocentes, éramos y somos responsables de ver las Escrituras como autoritativas para nuestra vida y no permitir que nada ni nadie tome el lugar de lo que reveló Dios en su palabra.
Un verdadero creyente terminará yendo a la Biblia y estableciéndola en su vida como la única directriz correcta; podremos vagar años en el error, pero como ovejas, terminaremos oyendo la voz de nuestro buen Pastor y huiremos de todo ladrón y salteador.
La verdadera oveja no seguirá de manera permanente el engaño, las voces falsas podrán gritarnos, pero la voz de Dios escrita en su palabra, nos conducirá a Él. (Juan 10)
Su verdad nos hace libres !!! (Juan 8:32).
Bendiciones, Gracia y Paz
(Inspirado en un artículo del Pastor Diego Barragán).
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