Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Romanos 8:28
En los primeros 27 versículos del capítulo 8 de Romanos, el apóstol Pablo hace una descripción y contrasta el vivir en el espíritu con el vivir en la carne, para finalizar el capítulo afirmando y que sus lectores tengamos la certeza de la obra consumada de Cristo en la cruz.
Entonces, cualquier persona podría decir que ama a Dios porque se escucha bien, es moralmente correcto, es lo que se espera que diga un ser normal, y por ello todo tendría que salirle bien en la vida...pero.... Es cierto eso? En verdad lo ama? Todo le sale bien a todas las personas en el mundo? La respuesta no es tan simple como un sí o un no.
Según el contexto, podemos concluir que solamente aquellos que fueron escogidos y llamados por Dios, tienen la capacidad de amar a Dios, pues son los que Pablo describe como "guiados por el Espíritu de Dios"; es sólo a este grupo selecto de personas a quienes todas las cosas les ayudan a bien, independientemente de lo que sea, Aunque se pueda catalogar como algo malo o negativo como una enfermedad, la muerte, pérdidas materiales, en fin, lo que sea.
A qué es a lo que más le temen la mayor parte de las personas? A la muerte, cierto? Pero un creyente verdadero, uno que está unido a Cristo, que vive en el Espíritu y es guiado por Él no tiene ese temor, ya que puede decir como Pablo, para mí el vivir es Cristo y el morir es ganancia (Filipenses 1:21). Y puesto que tiene esa seguridad también puede afirmar junto con Pablo....Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro. Romanos 8:38-39
Y tú, tienes la misma seguridad?
Gracia y Paz
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