Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe....Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve...
El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece....
El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará. Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos; mas cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará.... Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor. (1 Corintios 13:1-13.RVR1960).
A pesar de que Dios es Amor y lo sabemos, de que Jesucristo predicó sobre el Amor todo el tiempo, tanto en palabras como en obras, parece que se nos olvida con demasiada frecuencia; quizá por eso mismo Jesús insistió en ello.....
En este pasaje de la carta a los Corintios, el Apóstol Pablo también describe y señala... y aún así, nos cuesta entender y mucho más poner en práctica.
Estamos en los últimos tiempos, sin lugar a dudas y se escuchan muchas cosas, tal como está escrito que sucedería. Por un lado están los falsos maestros, mercaderes de la fé, aprovechándose del hambre espiritual y la necesidad de la gente, utilizando y manipulando emociones y sentimientos, prometiendo y asegurando cosas que difícilmente se cumplirán, con el argumento de darle esperanza a las personas, escudándose en que ya de por sí tienen una vida difícil.
Y por el otro vemos, a los defensores de la verdad, grandes conocedores y respetuosos de la Palabra; predicadores expositivos bíblicos, cuyo fin es abrir los ojos de los ciegos y dar a conocer el verdadero evangelio. Pero yo pregunto.....y dónde está el amor? Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe....Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia.....
No será que por estar tan concentrados en unas cosas, olvidamos las otras?
No será que en nuestro afán por mostrar la verdad, por enseñar la doctrina correcta, y obviamente por no parecernos a quienes ponemos en evidencia, estamos descuidando el mandamiento más importante?
No será que en nuestro sano y válido interés por formar cristianos maduros y alcanzar la madurez espiritual, estamos negando y rechazando de plano las emociones y sentimientos a tal punto de insensibilizarnos y volvernos ciegos ante el dolor y necesidades del prójimo, incluso los nuestros propios?
La letra de esta canción me remontó a los cristianos de la iglesia primitiva, quienes tenían todas las cosas en común. Me hizo reflexionar acerca de que aunque nuestro principal pilar, soporte, refugio y fuente para cubrir toda necesidad (física, emocional, etc.), también nosotros como iglesia estamos llamados a demostrar ese amor, apoyándonos unos a otros en todo tiempo y más aun en los tiempos difíciles; a hacerle sentir a nuestros hermanos en la fe, el amor que Dios ha depositado en cada uno de nosotros.
Bendiciones, Gracia y Paz
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