jueves, 28 de abril de 2016

IRRESISTIBLE GRACIA


Cuando eres tocado por la Gracia de Dios, es imposible resistirse. Esa Gracia es la que hace que ores sin cesar, que ores en todo tiempo, en todo momento. Esa Gracia es la que hace que tu hambre espiritual crezca cada día y que cada día anheles Su presencia y conocerlo cada vez más y más. Esa Gracia redentora y salvadora es la que te hace necesitar de Dios como al aire que respiras, como al agua sin la cual perecerías irremediablemente. Esa Gracia es la que te hace desear como niño la leche no adulterada para tu sano crecimiento espiritual. Esa Gracia es la que provoca en ti el deseo de asistir cumplidamente al culto dominical, sin que nadie tenga que invitarte o recordarte que es un mandato divino, porque sabes en tu corazón que fuiste cread@ para adorarle y para Su Gloria. Esa Gracia es la que hace que desees servir con agrado al Señor, en lo que sea que El disponga y de la manera que El elija. Esa Gracia es la que te impulsa a agradecer cada día por cada bendición que tienes y a querer ser cada día mejor por amor a El. Esa Gracia es la que te hace estar en paz aún en medio de la tormenta más espantosa. Esa Gracia es la que hace que tu fe se mantenga firme a pesar de las circunstancias, pues es esa misma Gracia la que hace que andes por fe y no por vista.

Entonces, si no eres tocado por la Irresistible Gracia de Dios, tus esfuerzos humanos serán como los de aquel constructor que hizo su casa sobre la arena o como los de aquellos que en vano edifican porque no es el Señor quien lo hace.

Si hoy sientes deseos de orar, pero mañana no; si esta semana tomas la decisión de ir al culto del domingo y luego prefieres hacer otra cosa; si esta noche tomas tu Biblia para leerla pero el resto de la semana no; si hoy quieres adorar a Dios, pero luego ya no; entonces es porque aún no has sido tocad@ por esa Irresistible Gracia, y son tan sólo tus emociones quienes te impulsan y guían a unas veces querer y  otras veces no querer; nada hay más engañoso que el corazón del hombre.

Padre Santo, mi oración hoy es por todos aquellos quienes aún no han sido tocados por tu Gracia Irresistible, para que por tu misericordia infinita, ellos puedan experimentar esa definitiva, firme, constante y sobretodo maravillosa transformación en sus vidas. En el nombre de Cristo Jesús. Amén.

Bendiciones, Gracia y Paz

jueves, 21 de abril de 2016

CAMINO DE SALVACIÓN


La senda que me convirtió en lo que soy.

Dios, en el camino de conocimiento del evangelio que trazó para mí, fue depurando mis equivocadas creencias.

Inicialmente, me mostró que la religión que había practicado hasta el momento, proveniente de mis padres y de todos los que conocía, adoraba equivocadamente a ídolos mudos.

Me llevó al desierto donde me encontré en medio de avariciosos predicadores seguidos por hombres entregados al príncipe de este mundo, sólo para satisfacer su ego y su carne. Luego, sin sacarme del árido terreno, conocí el fuego extraño de otros que ofendían su Espíritu Santo.

Y a pesar de todo aquello, aún sin conocer la denominación Bautista, tuve la bendición de bajar a las aguas con Cristo, para que quedará en mí su sello. Pero El Señor me tenía más y colocó en mi corazón, molestia y rechazo por todo lo que escuchaba y veía a mi alrededor, aunque no comprendía aún muy bien el por qué, incluso sintiendo culpa al creer que era yo quien estaba mal.

Poco a poco y estando sola, me fui internando en su bendita palabra. Los hermosos versículos sobre elección y predestinación se iluminaron ante mí, de tal manera que fui llena de indescriptibles emociones. De alegría y llanto. Luego, con afán, con las ansias de devorar todas sus palabras, se fueron descubriendo ante mis ojos los versos que hablaban de su soberanía, sus atributos, la expiación de su hijo y la obra regeneradora de su Espíritu. Y entonces comprendí que yo, piltrafa humana, había sido justificada por el Padre, a través de su ira desatada sobre Cristo. Jesús murió por mí!!! Lloraba. Era la misma fuente de agua viviente a la que Dios me llevó para quedarme. Arrepentida, me alejé de lo que aún me ataba a los hábitos de este mundo. Había otro regalo que tampoco merecía: su Santo Espíritu me acompañaría hasta el final; ya era demasiado. Lo glorificaría en santidad por su fruto y para siempre. Me vi gozosa de las mismas dádivas de bíblicos hombres del antiguo pacto y de aquellos apóstoles que en el nuevo, fueron iluminados y fundaron la iglesia a la que ahora pertenecía.

Empecé a leer a grandes hombres como Charles Spurgeon; cambié las prédicas insulsas y a los predicadores que solía escuchar, por alimento sólido proveniente de predicadores reformados como John MacArthur, Paul Washer, Miguel Núñez. Aprendí que la cristiandad estuvo 1000 años bajo el yugo de la oscuridad a la que la sometió el paganismo católico romano, contaminando el evangelio y sus rituales. Todo ésto me llevó a LA REFORMA. Al leer los escritos que me describían y narraban lo que era, contemplé su belleza, que glorificaba al creador. La reforma era la manifestación inconfundible del poder y la soberanía de Dios. Era el regreso a su gracia, a su gloria y la de su hijo. De vuelta a la fe salvificadora, a las escrituras, a su autoridad, inerrancia y suficiencia, al evangelio primitivo, a través de hombres valientes enfrentados al papado, con la consigna de las “5 solas” como estandarte. La justicia de Dios había llegado. Daba gusto leer y escuchar como las cosas se colocaban en orden, tomaban forma. Por fin, algo tenía sentido para mi y de una cosa tenía absoluta certeza: sería REFORMADA para siempre. Porque la fe reformada, es para mí obra divina, en la que el creador devolvió a sus criaturas su revelación especial para ser constituidos sus hijos.

Por inercia y habiendo empezado a transitar un camino sin regreso: el del evangelio de Cristo y el conocimiento de la Palabra, comprobé que las enseñanzas bíblicas que en el pasado Dios me había mostrado, ahora tomaban nombre propio: “doctrinas de la gracia”. Y detrás de ellas estaba Juan Calvino y su don interpretativo. Sí, había otros que experimentaron lo que yo. Y magistralmente lo plasmaron en obras literarias que enriquecieron y facilitaron el camino del verdadero evangelio.

Hoy día, por la gracia de nuestro Señor, puedo decir que antes de ser BAUTISTA por confesión, primero fui REFORMADA por convicción y el camino de salvación se ha llenado de edificantes vivencias. Pertenezco a una Iglesia Bautista Reformada, en donde la palabra nos es predicada expositivamente y nuestro conocimiento de ella es nutrido a través de seminarios de teología Sistemática. La Gloria sea para Dios.

Bendiciones, Gracia y Paz





Inspirado en "Un Camino Sin Regreso", de Cesar Augusto Angel, evangelioprimitivo.blogspot.com.co.

domingo, 10 de abril de 2016

UNA IGLESIA INFANTIL


Quizá por la dureza de nuestro corazón, por nuestra falta de fe e incredulidad, por nuestro pecado, por el afán de complacer nuestros deseos egoístas y emociones, hemos fabricado nuestro propio becerro de oro como lo hizo en su momento el pueblo de Israel en el desierto. Es tanta nuestra necesidad de llenar ese vacío espiritual que queremos llenarlo a como dé lugar y con cualquier cosa que nos satisfaga aunque no sea por completo y tan sólo de resultados por un breve espacio de tiempo.

"El hombre, en su orgullo, creó a Dios a su imagen y semejanza". Friedrich Nietzsche.


Los israelitas le exigieron a Aaron un dios para adorar, algo tangible, que pudieran ver y tocar, aunque era Dios quien los había salvado y traído hasta donde estaban, cuidándolos, alimentándolos, protegiéndolos.. Pero ellos dejaron de creer, perdieron la fe...necesitaban desesperadamente llenar sus sentidos...satisfacer sus emociones.

Algo muy similar ocurrió con los fariseos, quienes habían creado al Mesías a su imagen y semejanza y no les cabía en la cabeza, ni podían aceptar que un hombre humilde, hijo de un carpintero, que además se juntaba con lo "peorcito" de la sociedad de entonces, fuera el tan esperado Mesías, el hijo de Dios, el Salvador del mundo.

Y nosotros, no estamos tan lejos.

Tristemente, se tiene en tan poca estima, parece tan poca cosa, porque no se comprende realmente la magnitud del sacrificio de Jesús en la cruz, que se hace necesario entonces adornar el evangelio, agregándole promesas de bienestar y confort, para que resulte atractivo a más personas. Se hace necesario realizar muchas actividades diferentes y entretenidas para que la gente se sienta a gusto y no le parezca aburrido ir a la iglesia; se hace necesario invitar al cantante (mal llamado salmista) o predicador o "profeta" de moda, para que les diga lo que les gusta oir, así no sea cierto; todo ésto porque los tiempos han cambiado y por ende las estrategias deben ir acorde.

En el nombre de Jesús y a cuenta del Espíritu Santo, se organizan conciertos, tomas en barrios, cruzadas, campañas de evangelización, etc. Amparados en Mateo 28:19 totalmente descontextualizado; desconociendo por completo la manera de hacerlo, pues todo se vale con tal de ganar almas para Cristo; olvidando que Dios es un Dios de orden (1 Corintios 14:33;40) y en su soberanía, jamás apoyará algo que El no haya dicho u ordenado.

Y muchos dirán "la iglesia está llena; hemos cumplido con la gran comisión y estamos cumpliendo porque llenamos la iglesia". 

Si. Está llena... pero de qué? No del Espíritu Santo, eso es seguro.

O... De quienes está llena? De gente inconversa, llena de sueños y deseos egoístas por cumplir, pero vacías e inmaduras espiritualmente.

Y lo más triste e irónico....Llena de personas que en su mayoría creen ser salvas y no lo son.


Bendiciones, Gracia y Paz