Cuando eres tocado por la Gracia de Dios, es imposible resistirse. Esa Gracia es la que hace que ores sin cesar, que ores en todo tiempo, en todo momento. Esa Gracia es la que hace que tu hambre espiritual crezca cada día y que cada día anheles Su presencia y conocerlo cada vez más y más. Esa Gracia redentora y salvadora es la que te hace necesitar de Dios como al aire que respiras, como al agua sin la cual perecerías irremediablemente. Esa Gracia es la que te hace desear como niño la leche no adulterada para tu sano crecimiento espiritual. Esa Gracia es la que provoca en ti el deseo de asistir cumplidamente al culto dominical, sin que nadie tenga que invitarte o recordarte que es un mandato divino, porque sabes en tu corazón que fuiste cread@ para adorarle y para Su Gloria. Esa Gracia es la que hace que desees servir con agrado al Señor, en lo que sea que El disponga y de la manera que El elija. Esa Gracia es la que te impulsa a agradecer cada día por cada bendición que tienes y a querer ser cada día mejor por amor a El. Esa Gracia es la que te hace estar en paz aún en medio de la tormenta más espantosa. Esa Gracia es la que hace que tu fe se mantenga firme a pesar de las circunstancias, pues es esa misma Gracia la que hace que andes por fe y no por vista.
Entonces, si no eres tocado por la Irresistible Gracia de Dios, tus esfuerzos humanos serán como los de aquel constructor que hizo su casa sobre la arena o como los de aquellos que en vano edifican porque no es el Señor quien lo hace.
Si hoy sientes deseos de orar, pero mañana no; si esta semana tomas la decisión de ir al culto del domingo y luego prefieres hacer otra cosa; si esta noche tomas tu Biblia para leerla pero el resto de la semana no; si hoy quieres adorar a Dios, pero luego ya no; entonces es porque aún no has sido tocad@ por esa Irresistible Gracia, y son tan sólo tus emociones quienes te impulsan y guían a unas veces querer y otras veces no querer; nada hay más engañoso que el corazón del hombre.
Padre Santo, mi oración hoy es por todos aquellos quienes aún no han sido tocados por tu Gracia Irresistible, para que por tu misericordia infinita, ellos puedan experimentar esa definitiva, firme, constante y sobretodo maravillosa transformación en sus vidas. En el nombre de Cristo Jesús. Amén.
Bendiciones, Gracia y Paz
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