Comparto este relato que el hermano Marcelo Vélez publicó en facebook, pues me identifico con lo aquí expuesto.
"El día de ayer escuchaba en el radio una estación cristiana. En el programa que se estaba transmitiendo estaban dos hombres, pastores o predicadores, no lo sé, pero eran 2 hermanos y se encontraban orando por sanidad, para todos aquellos que escucharan la transmisión.
Antes de describir lo que estaba escuchando sólo quiero establecer un punto. Después de 32 años de ser católico, al ser expuesto a la verdad, me di cuenta de que siempre había creído, simplemente lo que me habían inculcado, lo que siempre había escuchado y lo que siempre me habían enseñado, era uno más fluyendo con la corriente, participando de costumbres y tradiciones y nunca, en esos 32 años, me detuve a pensar el ¿Por qué creía lo que creía?, ¿En qué me basaba?, ¿Qué sucedería si aquellos que me han enseñado e inculcado mi religión estaban equivocados?
Cuando fui expuesto ante la verdad de Dios, me di cuenta de lo equivocado que estaba, me di cuenta de que sólo creía algo por creerlo y de que yo obedecía las costumbres y tradiciones que siempre había conocido, sin discernimiento, sin conocimiento y sin fe verdadera. ¡Imagínense mi “shock” cuando, dentro del cristianismo, me encuentro con lo mismo!
Miles y miles de hermanos se encuentran siguiendo las tradiciones y las costumbres que siempre han conocido y creen lo que creen simplemente, porque es lo que su pastor o su congregación les ha enseñado, no hay entendimiento, no hay discernimiento, no hay estudio de la palabra. De aquí nacen, lo que a mí me gusta denominar “Mitos Cristianos”, un set de creencias que tienen su fundamento en la costumbre, en la tradición, en la moda, en libros y canciones cristianas, en los tele evangelistas y no en la palabra de Dios.
Esto dicho, regreso al tema de lo que estaba escuchando en el radio. Los 2 hermanos se encontraban orando por sanidad, o al menos, es lo que ellos pensaban que estaban haciendo. Quiero parafrasear a continuación, a manera de ejemplo, lo que estaban diciendo.
“Declaro y decreto en el nombre de Jesús que eres sano”
“Bajo la autoridad que Jesús nos ha dado, le ordeno a la enfermedad que se vaya”
“Tú que estás escuchando, Jesús ya te sano, en este momento, Él ya lo hizo, ya estas sanado”
“Te estoy hablando a ti ,mente, ya estás sanada”
“Te estoy hablando a ti cáncer, te debilitas y desapareces”
Y por supuesto…………”en el nombre de Jesús, Amen”
¿Qué es esto?, ¿Por qué miles de hermanos que escuchan esto a diario no se dan cuenta? Te diré porque, porque es lo que siempre les han enseñado. Para mí, esto no es una oración, esto no es una súplica, sino una exhibición del arrogante orgullo del hombre, la “arrogancia de la vida” que nos advierte la palabra de Dios (1 Juan 2:16). Dios se encuentra fuera de la ecuación y se ha convertido en el medio que me habilita para yo tomar su lugar y tener el poder de hacer estas cosas, porque “Yo lo decreto”, “Yo lo ordeno”, “Yo lo declaro” y el hecho de que en toda la escritura no existan tales declaraciones, órdenes o decretos no les es evidencia suficiente de que esto que creen, esta errado.
¡Ahora resulta que le hablamos a las cosas! Ahora resulta que me puedo dirigir verbalmente al cáncer, a la enfermedad y a la mente, ¿Qué es esto?, ¿De dónde sacan estas prácticas?, un ídolo al menos tiene ojos y oídos aunque no ve ni escucha, pero esto que estamos haciendo es lo mismo! le estamos hablando a una cosa, que ni ve, ni escucha ni mucho menos reconoce u obedece a esta supuesta “autoridad”. No se dan cuenta de que en ocasiones la respuesta es “no”, porque Dios tiene otro plan, como cuando Pablo oró por su sanidad y la respuesta de Dios fue “no” (2 Corintios 12: 7-10), ¿Con que autoridad ASEGURAN que Cristo ya lo sanó?, ¿Con que autoridad se basan para asegurar que Cristo dijo “si”? ¿No se dan cuenta que por cada hermano que escuchó y sanó hay 1,000 que no sanaron? Y que gracias a una mala exhibición de la palabra, quedan desairados, con Dios o con ellos mismos, deprimidos y preguntándose “¿Por qué yo no?”
Estás prácticas, la declaración, el hablarle a las cosas y contestar en lugar de Cristo no son más que fábulas y mitos cristianos que se han introducido del mundo, que es su origen, a la iglesia y debemos levantar la voz para que los hermanos tengan discernimiento bíblico.
¿Cómo es una oración? El Señor nos lo enseñó y cuando nos enseñó, no exclamó “Yo declaro”, sino que humildemente, accedió al trono de la Gracia y pidió a su Padre. A manera de ejemplo, una oración es como sigue:
“Mi Dios y Padre, en el nombre de tu amado Hijo Jesucristo, te pedimos el día de hoy por la sanidad de todo aquel que escucha este mensaje, que lo sanes de todo cáncer, de toda dolencia, de toda enfermedad. Te pedimos que los llenes de fe porque sabemos que la oración de fe sanará al enfermo y sabemos que en Cristo, todo es sí y amen. Mi Dios trae la sanidad que tantos hermanos buscan, pero sobre todo, acércalos a Ti, auméntales la fe y ayúdalos a aceptar todo lo que de ti venga porque confiamos que tu voluntad es siempre buena, agradable y perfecta, mi Dios, no se haga nuestra voluntad sino la tuya y para tu gloria. Agradecemos tus bendiciones y tu gracia. En el nombre de Jesús, Amen”
No le hablas al cáncer, no le hablas a la enfermedad, no decretas, declaras o arrebatas, sino con humildad te acercas a Dios y le hablas a Él, porque te sabes necesitado de su gracia y su favor y pides lo que necesitas y aceptas amorosamente, su perfecta respuesta.
Seamos ovejas, seguidoras de Cristo, no cabras, seguidoras del mundo, sus tradiciones y sus enseñanzas. Estos mitos y fábulas los encontramos tal cual en el mundo, bajo el nombre de ley de la atracción, confesión positiva, metafísica, etc….. Tengamos discernimiento y volvamos al evangelio y al cristianismo bíblico.
No porque lo escuchaste en el radio o incluso desde en el púlpito, es verdad..........
Seamos Bereanos........."
Bendiciones, Gracia y Paz