martes, 21 de julio de 2015

EL REINO DE DIOS (Parte 4)


Cuarta Ley

Debemos recibir, individualmente, a Jesucristo como Señor y Salvador; luego de ésto, conoceremos y experimentaremos realmente el amor de Dios y el plan que tiene para nuestras vidas.

Debemos recibir a Cristo.
<<Mas a cuantos lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio el derecho de ser hijos de Dios.>> (Juan 1:12. NVI).

Recibimos a Cristo a través de la fé.
<<Porque por gracia ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se jacte.>> (Efesios 2:8-9. NVI).

Cuando recibimos a Cristo, experimentamos un nuevo nacimiento.
<<Había entre los fariseos un dirigente de los judíos llamado Nicodemo. Éste fue de noche a visitar a Jesús.—Rabí —le dijo—, sabemos que eres un maestro que ha venido de parte de Dios, porque nadie podría hacer las señales que tú haces si Dios no estuviera con él.—De veras te aseguro que quien no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios —dijo Jesús.—¿Cómo puede uno nacer de nuevo siendo ya viejo? —preguntó Nicodemo—. ¿Acaso puede entrar por segunda vez en el vientre de su madre y volver a nacer—Yo te aseguro que quien no nazca de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios —respondió Jesús—. Lo que nace del cuerpo es cuerpo; lo que nace del Espíritu es espíritu. No te sorprendas de que te haya dicho: “Tienen que nacer de nuevo.” El viento sopla por donde quiere, y lo oyes silbar, aunque ignoras de dónde viene y a dónde va. Lo mismo pasa con todo el que nace del Espíritu.>>(Juan 3:1-8. NVI).

Recibimos a Cristo por una invitación personal.
(Habla Cristo) "Mira que estoy a la puerta y llamo. Si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré, y cenaré con él, y él conmigo." (Apocalipsis 3:20. NVI).

Recibir a Cristo involucra volverse a Dios (arrepentimiento genuino) y confiar en que Cristo venga a nuestras vidas para perdonar nuestros pecados y hacernos la clase de persona que El quiere que seamos. No es suficiente estar de acuerdo intelectualmente en que Jesucristo es el Hijo de Dios y que murió en la cruz por nuestros pecados. Tampoco es suficiente tener una experiencia emocional. Recibimos a Jesucristo por fé, como un acto de voluntad.




Tomado de "Las 4 leyes espirituales" por Bill Bright.

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