Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación; como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito, casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición. Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos, caigáis de vuestra firmeza. Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén. (2 Pedro 3:15-18.RVR1960)
A partir de hoy comenzaremos una serie sobre hermenéutica; es decir, tomaremos versículos y/o porciones de las Escrituras y las analizaremos, para su mejor comprensión. Ver 2 pedro 2:1-3; 1 Timoteo 4:1.
HERMENEUTICA = (del griego ἑρμηνευτικὴ τέχνη [hermeneutiké tejne], ‘arte de explicar, traducir o interpretar’) es el arte o teoría de interpretar textos, especialmente las escrituras sagradas y los textos filosóficos y artísticos. (Fuente:Wikipedia)
La regla principal de la hermenéutica es que la Biblia se interpreta a sí misma. Y uno de los peores errores y también el más común dentro de la iglesia actual, es tomar versículos y sacarlos de contexto, dándoles así una interpretación aislada e incorrecta.
Recordemos que el primer intérprete de la Palabra de Dios fue Satanás, quien la tergiversó por completo para lograr sus fines.
Veamos…. Génesis 3:1-7.
Satanás puso en tela de juicio el mandato del Señor, logrando así que Eva, creyendo que Dios era egoísta, enfocara su mirada únicamente en un árbol, olvidando que Dios les había dicho que de “todos” podían comer, excepto uno.
Luego, cuando Jesucristo es llevado al desierto por el Espíritu Santo para ser tentado, nuevamente Satanás trata de torcer las Escrituras, sin tener éxito porque Jesús las conocía perfectamente, que es lo que nos falta a nosotros hoy en día. Satanás continúa en su tarea; utiliza predicadores que sacan completamente de contexto los versículos (tal como lo hizo con Jesús), él no descansa. El problema es que nosotros sí, descansamos de estudiar y de escudriñar la Santa Palabra, lo cual nos hace su presa fácil. (Ver Mateo 4)
Lo primero que debemos hacer al leer una porción de la Escritura, es llevar las palabras a su significado original dentro de la época que fueron escritas, con el fin de entender exactamente lo que quieren expresar. Recordemos que la Biblia fue escrita en arameo, hebreo y griego, durante distintas épocas, en los cuales existían modismos, así como hoy en día dentro de cada uno de nuestros idiomas. Esta es la primera regla de la hermenéutica.
Un ejemplo lo vemos en Lucas 4:26 Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su propia vida, no puede ser mi discípulo.
Mateo 10:37. El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí.
La palabra aborrecer, del griego μισέω = miséō(*), es un modismo que significa “amar menos”, “preferencia” y no tiene el significado tan fuerte que conocemos en nuestro idioma hoy día. (*) Fuente: http://biblehub.com/greek/3404.htm
Como vemos en Mateo 10, la Escritura se interpreta a sí misma.
Mañana continuaremos con la segunda regla.
Bendiciones, Gracia y Paz.
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