martes, 12 de enero de 2016

EL CONTEXTO - REGLA 3


La tercera regla de la hermenéutica nos dice que se deben tomar las palabras dentro de su contexto; es decir no podemos simplemente tomar un solo versículo y darle significado; debemos además leer el o los versículos anteriores y posteriores para ahí sí poder entender lo que el autor quiere comunicar. Recordemos que en la antigüedad las Escrituras venían en rollos y no en libros como hoy día las conocemos y además tampoco contaban con las divisiones que hoy tenemos (libros, capítulos y versículos), que si bien es cierto, nos ayudan mucho en la búsqueda de temas específicos, también han contribuido a propagar tanta herejía, debido a que tristemente desde la mayor parte de los púlpitos actuales, poco se toma en cuenta esta imprescindible regla y se escucha cada cosa y se construyen e implementan doctrinas completas alrededor de uno o un par de versículos completamente sacados de su contexto.

Ahora que ya tenemos las 3 primeras reglas, vamos a analizar algunos de los versículos que más comúnmente son tergiversados durante las prédicas.

Mateo 18:18-20.RVR1960: 18 = De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo.

19 = Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos.

20 = Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.

Sobre estos 3 versículos se han desarrollado doctrinas completas antibíblicas, que nada tienen que ver con lo que realmente quiso expresar y enseñar Jesús.

Versículo 18, ya lo habíamos tratado anteriormente en este blog, en la entrada “Atando Demonios y Desatando Bendiciones”.

Versículo 19. Basados en este versículo se ha desarrollado en muchas de las iglesias cristianas toda una doctrina sobre la oración, donde se afirma que entre más personas se reúnan a orar por un mismo propósito, más efectiva será la oración, además complementado por el versículo 20, porque supuestamente la presencia de Jesús sólo está cuando hay 2 o 3 congregados en Su nombre. Quiere esto decir entonces que la oración personal y privada carece de validez? Y que si oramos solos, la presencia de Dios no está con nosotros? Porque eso es lo que afirman al interpretar de esta manera errónea dichos textos.

Pero, apliquemos la regla y veamos realmente lo que Jesús quiso decir. El capítulo 18 comienza con la enseñanza de Jesús a sus discípulos acerca de volverse como niños, pues de los que son como ellos, es el Reino de los Cielos; habla de la humildad. (versículos 1 al 14)

En los versículos siguientes (6 al 9) habla acerca de los tropiezos que todos tenemos, de los errores que cometemos, pero noten la conexión entre los versículos 5 y 6, continua hablando de los que son como niños “Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe.6 Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar….”

Del versículo 10 al 14 cuenta la parábola de la oveja perdida (la cual se perdió por un tropiezo), pero sigue la secuencia, el tema sigue siendo el mismo, no ha cambiado. 10“Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños….14 Así, no es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos, que se pierda uno de estos pequeños.”

Y a partir del versículo 15 les enseña sobre el perdón…. Y cómo sabemos que es continuación de lo que venía diciendo? Por una palabra que actúa como conector lógico “Por tanto…..” es decir.. por todo lo dicho anteriormente….

15 Por tanto, si tu hermano peca contra ti (nos pone tropiezo), ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano.

16 Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra.

17 Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano.

18 De cierto os digo (expresión utilizada por Jesús cuando quería enfatizar algo que ya había dicho) que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo.

19 Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos.

20 Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.

21 Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete?

22 Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.”

Y continúa Jesús hablando sobre el perdón; tan claro está el tema que el mismo Pedro pregunta cuántas veces se debe perdonar, porque ese es el tema central de este capítulo. No tiene nada que ver ni con atar demonios, ni desatar bendiciones, ni la manera de orar (esto lo enseña Jesús en el capítulo 6 de Mateo).

Pero, en la mayoría de las iglesias cristianas se enseñan cosas distintas, simplemente porque se basan en las palabras “todo” y “cualquiera” dejando de lado por completo el contexto y haciendo demasiado daño a las personas que creen ciegamente en estas afirmaciones, quienes terminan involucrados en prácticas que más se asemejan a lo esotérico y metafísico que a lo cristiano.

Cuando Jesús utiliza la palabra “todo” se refiere a todo el tema del cual está hablando. Ej. Cuando nosotros utilizamos la expresión “todo el mundo lo hace”, queremos decir que muchas personas, no es literal, no es en realidad todo el mundo.

Y cuando habla sobre ponerse de acuerdo y que El estará en medio de ellos, se refiere a las decisiones que se tomarán en torno al hermano cristiano que se desvió y que cayó en pecado; habla sobre la disciplina dentro de la iglesia. En ningún momento quiere decir que la oración grupal es más efectiva que la privada o personal. Tampoco quiere decir que no se pueda o no se deba hacer de esta manera, simplemente que hay que darle el significado y la importancia que realmente tiene.

Recordemos que Dios no apoyará jamás algo que El no haya dicho, aunque lo hayamos malinterpretado.

Dios te bendiga.

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