"Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino." (Lucas 23:42.RVR1960)
El nuevo nacimiento es una obra unilateral de Dios. Pues si Dios no hubiese obrado en la vida del creyente, este perecería en sus delitos y pecados.
Y esta preciosa verdad la podemos ver en la vida del ladrón crucificado al lado del Señor Jesús.
En un momento le vemos injuriando como los demás al Señor, escéptico con aquel nazareno que se convirtió en su compañero de desgracia y renegando de su propia vida y destino...
... pero en un instante su perspectiva de lo que esta viviendo cambia, pues ve al Señor que pende de esa cruz y por acción divina el velo cae de sus ojos y reconoce al Mesías, ya no ve como los demás (la multitud tan sólo veían en frente suyo a un criminal condenado a muerte, a un blasfemo y demente), pero ahora él ve al Rey que podía salvarle de su desgraciada vida y que sin merecerlo podía conducirlo a una eternidad con Dios.
Este ladrón por la gracia de Dios reconoció la impecabilidad de Cristo y a la vez percibió el pecado que le condenaba. se sintió perdido y aunque sus manos estaban clavadas a un madero, abrazó a Cristo !!!
Este condenado .... Por la obra de Cristo fue salvo y por la obra del Espíritu Santo reconoció a Jesús como Señor !!!
No hizo más que confiar su miserable vida al Salvador.
Y El Señor le aseguró un lugar ese mismo de día en el paraíso.
La Fe de este ladrón fue una fe salvadora, que sólo la produjo Dios, pues él como los demás seres humanos era incapaz de reconocer a Dios, aunque lo tuviera en sus narices !!!
Lo tremendo de esta historia es que cada creyente esta en una similar condición:
Condenados a muerte ....... pero que por la misericordia de Dios, abrimos los ojos y nos iluminó Cristo.
Solo Jesucristo vivió la vida perfecta que nadie puede vivir y solo Él pago el precio por el pecado, llevando sobre si la ira divina y haciéndonos propicios ante Dios.. Si no fuera por Cristo, estaríamos una eternidad pagando la condena que nos merecíamos.
Y Aun la fe con la que respondemos ante maravilloso plan de salvación, no es nuestra sino que es Dios quien puso en nosotros el querer como el hacer por su buena voluntad.
Como este hombre de la historia...
Estábamos condenados, y perdidos. Pero por el puro afecto de su voluntad fuimos amados sin merecerlo.
No tenemos de que gloriarnos.
Toda la Gloria sea para Dios !!!
(autor: Diego Barragán).
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