jueves, 23 de julio de 2015

LA IMPORTANCIA DE DECIR AMÉN

<<Cuando vayas a la casa de Dios, refrena tus pasos. En vez de acercarte para ofrecer sacrificios de gente necia, que no sabe que hace mal, acércate para oír. No permitas que tu boca ni tu corazón se apresuren a decir nada delante de Dios, porque Dios está en el cielo y tú estás en la tierra. Por lo tanto, habla lo menos que puedas, porque si te preocupas mucho, tienes pesadillas; y si hablas mucho, dices tonterías. Cuando le hagas una promesa a Dios, no tardes en cumplírsela, porque a Dios no le agrada la gente necia. Cumple lo que prometas, porque es mejor que no prometas, y no que prometas y no cumplas. No permitas que tus labios te hagan pecar, ni digas delante del ángel que lo hiciste por ignorancia. ¿Para qué provocar que Dios se enoje por tus palabras, y que destruya todo lo que has hecho?>> (Eclesiastés 5:2-6. RVC).



Muchas veces nos dejamos llevar por nuestras emociones y sin pensar, inconscientemente le prometemos cosas a Dios que luego no cumplimos. 

Mi primer pensamiento al despertar hoy, fue “AMÉN” y no entendí muy bien al principio el por qué hasta que Dios me habló y me hizo comprender lo irresponsables que hemos sido con el uso de esta corta, sencilla, maravillosa y significativa palabra.

Cuántas veces, estando congregados escuchando a nuestros pastores respondemos “amén” a todo lo que nos dicen de forma mecánica, casi robotizada, olvidando su implicación y su significado. 

AMÉN = HECHO ESTÁ, ASÍ ES.

Cuando decimos “amén” estamos aceptando lo que estamos escuchando, es el equivalente a nuestra firma y sello en un contrato, estamos empeñando nuestra palabra y aunque no seamos conscientes, eso no le resta validez. Para Dios, nos comprometemos ante EL y hoy el Señor, en su infinita misericordia, a través de su Espíritu Santo, me hizo entender la importancia de responder con inteligencia, no por emoción, pero sobretodo con integridad. Es decir, si no estás dispuesto a cumplir lo que prometiste, mejor no lo prometas. Dios no olvida y este es quizá uno de los pecados más frecuentes y comunes en el que más fácilmente caemos sin darnos cuenta.

Hoy te extiendo la invitación del Señor a utilizar el “amén” de una manera inteligente y responsable, a ser conscientes de nuestras promesas y a cumplirlas; haciéndolo, evitaremos pecar.

Gracias Señor por enseñarnos lo importante que es cumplir las promesas. 


Bendiciones.

2 comentarios:

mercadatoscolombia dijo...

Muy buen analisis. Y te cuento que siempre el espiritu santo a veces me decia porque dices AMEN a todo los que dice el Pastor. Gracias por ayudarme a disernir mas sobre la importancia del la palabra AMEN. Como la sigueinte palabra BENDICIONES.

Monique Acevedo T. dijo...

Gracias por tu comentario y por seguir este blog. Y que Dios en su infinita misericordia te siga guiando por el camino que debes andar, para que continues creciendo en sabiduría y en su conocimiento. Bendiciones del Altísimo