miércoles, 18 de noviembre de 2015

POR SUS FRUTOS LOS CONOCEREIS


En el capítulo 15 de Juan encontramos una de las tantas maneras en las cuales se ha expuesto en las Escrituras la unión o relación de Cristo el Salvador y su pueblo redimido. Estas representaciones en conjunto explican la naturaleza de esta relación. Por ejemplo los cimientos y el edificio ( 1 Cor. 3:11 ; Ef . 2: 20-22. ) ; la vid y los pámpanos (Juan 15: 1-17) ; la cabeza y el cuerpo (1 Corintios 6:15,19 ; 12:12 ; Efesios 1:22 23 ; 4:15-16 ); el marido y la esposa (Efesios 5:31 , 32 ; Apoc. 19:7). Así, la comparación con la vid y las ramas indica una unión orgánica y una relación de dependencia total .

Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto. Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. 

Hay muchas cosas que se pueden hacer apartados de Jesús (la vid), pero definitivamente, todo lo que tiene que ver con Su Reino, la salvación y vida eterna, Su obra, no lo podemos llevar a cabo separados de El; porque solamente somos un “buen fruto” si pertenecemos al buen árbol (la vid) que es Jesús; y daríamos buen testimonio, pues nos parecemos al árbol del cual provenimos.

El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden. Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.

La falta de fruto descrita también en Salmos 80, Isaías 5:1 y Jer. 2:21 se refiere a la desobediencia a Dios. Si analizamos lo escrito en el Antiguo Testamento sobre la vid y su fruto, combinado con el mandato de Cristo de amar en este capítulo de Juan, indican que "el fruto" se refiere principalmente a una vida como la de Cristo producida por el Espíritu Santo (Gal . 5:22, 23 ), en vez de la cantidad de personas convertidas bajo el ministerio de un creyente.

Si alguno no permanece en mí... Los que no permanecen demuestra que nunca tuvieron una verdadera relación salvadora con Cristo.

En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos. 

Las obras a las que se refiere no son la base de la aceptación de Dios, sino el resultado de una unión salvadora con Cristo recibida a través de la gracia, no por obras.

Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor. Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido. Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado. (Juan 15:2-12.RVR1960). 

En realidad no hay nada nuevo en el mandamiento del amor, ya que Levítico . 19:18 enseña a "amar a tu prójimo como a ti mismo". "El nuevo elemento es el cambio de "prójimo" por "los otros" y "como a ti mismo" por "como yo os he amado." El amor cristiano tiene al amor sacrificial de Cristo como su modelo, y la comunidad de los creyentes como los que primero deben reflejarlo ( aunque de ninguna manera significa exclusividad ).

Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis. Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios. Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley. (Gálatas 5:16-23.RVR1960).

Entonces por qué Dios nos juzgaría por algo que además de que no depende de nosotros, tampoco nos ha pedido? Es decir la salvación de las almas…la conversión de las personas… si como ya vimos en entradas anteriores, Dios es quien elige y va añadiendo a la iglesia a los que serán salvos. El fruto que nuestro Padre demanda de nosotros sus hijos tiene que ver con el carácter de Cristo reflejado en nosotros, con lo escrito por el Apóstol Pablo en Gálatas; es decir, con el fruto del Espíritu; de este fruto habla Jesús cuando los previene contra los falsos maestros diciendo “por sus frutos los conoceréis”. 

Gracias Padre Amado por este día maravilloso; por tu enseñanza. Ayúdanos a reflejar cada día más el carácter de Cristo y así ser esos pámpanos que dan buen fruto para tu Gloria. Amén, Amén y Amén.

Bendiciones, Gracia y Paz.

1 comentario:

Unknown dijo...

Siempre se nos a dicho que el Senor nos pedira cuentas por las almas que hayamos ganado para Cristo, pero hasta ahora no he encontrado sustento biblico.