jueves, 8 de octubre de 2015

ESCUCHA ACTIVA

»Si tú escuchas con atención la voz del Señor tu Dios, y cumples y pones en práctica todos los mandamientos que hoy te mando cumplir, el Señor tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra. Si escuchas la voz del Señor tu Dios, todas estas bendiciones vendrán sobre ti, y te alcanzarán:

»Bendito serás tú en la ciudad, y bendito en el campo.
»Bendito será el fruto de tu vientre, el fruto de tu tierra, el fruto de tus bestias, y las crías de tus vacas y los rebaños de tus ovejas.
»Benditas serán tu canasta y tu artesa de amasar.
»Bendito serás cuando entres, y bendito cuando salgas….. (Deuteronomio 28:1-14.RVC)

Ayer durante nuestra reunión semanal, nuestra guía espiritual nos compartía de qué manera Dios le hablaba y cómo ciertas palabras tenían un énfasis especial cuando las leía.

Esta mañana, una amiga me envió el versículo 1 de Deuteronomio 28 (compartido arriba) y una palabra empezó a dar vueltas en mi mente y fue cuando pensé y entendí.. “a ese énfasis se refería …”; además de recordar que no es la primera vez que me sucede al leer una porción de la Biblia.

Pues bien, creo que el Señor me hablaba a través de ellas para que cada vez que lea su Palabra, “escuche” su voz.

Muchas veces leemos y no comprendemos, oímos pero no escuchamos; lo que me hizo recordar también las charlas sobre escucha activa que compartí con equipos de trabajo.

Escuchar y oir no es lo mismo. Oir es una función normal de nuestro organismo, es percibir sonidos. Escuchar es más que oir, es prestar atención a lo que se oye, es utilizar lo que se oye.

Recordemos los elementos que componen un proceso de comunicación: Emisor, Receptor, Mensaje, Código, Canal, Contexto, Barreras, Feedback.


En esta imagen se ilustra el proceso de la comunicación. Ahora veamos este mismo proceso en nuestra comunicación con Dios….


¿Por qué no entienden mi lenguaje? Pues porque no pueden escuchar mi palabra. (Juan 8:43. RVC).

El que es de Dios, escucha las palabras de Dios; pero ustedes no las escuchan, porque no son de Dios.» (Juan 8:47. RVC).

Él les respondió: «Ya se lo he dicho, y ustedes no escuchan. ¿Por qué quieren oírlo otra vez? ¿También ustedes quieren hacerse discípulos suyos?» (Juan 9:27.RVC).

Isaías dice: «Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio?» Así que la fe proviene del oír, y el oír proviene de la palabra de Dios. Pero yo pregunto: ¿En verdad no han oído? ¡Por supuesto que sí! «Por toda la tierra ha salido la voz de ellos, Y sus palabras han llegado hasta los confines de la tierra.» Y vuelvo a preguntar: ¿En verdad Israel no ha comprendido esto? (Romanos 10:16-19.RVC).

Estamos verdaderamente escuchando la voz de Dios ?


Amado Señor, Santo, Misericordioso y Eterno, hoy queremos pedirte que abras nuestros ojos para leer tu Palabra; nuestros oídos para escuchar tu voz y nuestros corazones para recibir y aceptar tu amor. Gracias por tu Palabra y tu enseñanza, gracias por guiarnos siempre, por ser esa luz que ilumina nuestro camino. Perdónanos por las veces que nos limitamos a tan solo oir tu Palabra; perdónanos por no escuchar tu voz; por no escudriñar las Escrituras hasta comprender, y aceptar tu mensaje para poder ponerlo por obra. En el nombre de Jesús oramos. Amén, Amén y Amén.


Bendiciones Celestiales.

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