jueves, 1 de octubre de 2015

A TU MANERA O A LA DE DIOS? 2 PARTE

Ayer veíamos la historia de Naamán, quien estuvo a punto de perder su bendición de sanidad por querer hacer las cosas a su manera y no a la de Dios; pero afortunadamente escuchó sabios consejos, recapacitó, recibió su sanidad y esta historia tuvo un final feliz.

Pero esa es una cara de la moneda, es decir cuando aceptamos que Dios sea el Señor de nuestras vidas y hacemos Su voluntad, obtenemos buenos resultados. La otra cara, es cuando no contamos con Dios al tomar decisiones, o a pesar de que El ya nos haya indicado qué debemos hacer, preferimos hacerlo a nuestro modo. 

Este es el caso de Saray, la esposa de Abram, quien tomó decisiones creyendo que esa era la manera como Dios haría las cosas, no esperando que Dios cumpliera su promesa, queriendo “ayudarle” a Dios, como si El lo necesitara y aún hoy en día se ven los resultados de esta decisión.

Vamos a Génesis 12 y 13, cuando Dios le da instrucciones a Abram de irse de su tierra hacia otra que el Señor en su momento le mostraría y le dice que su descendencia la heredaría. Luego en el capítulo 15, Dios promete a Abram que le dará un hijo y que su descendencia será incontable como las estrellas del firmamento. Algo por demás difícil de creer, teniendo en cuenta que Abram era bastante mayor y además Saray era estéril. Saray, consciente de su condición de esterilidad, le ofrece a su esposo Abram su esclava Agar para que tengan relaciones y así poder darle un heredero, ya que en esa época, los amos eran dueños de los hijos de los esclavos y Abram hizo caso al consejo de su esposa. Agar dio a luz a Ismael, primogénito de Abram; lo cual trajo problemas…

Cuando ella (Agar) se enteró de que estaba embarazada, empezó a creerse más que Saray. Entonces Saray le dijo a Abram:
—Tú eres el culpable de lo que me está pasando. Yo misma entregué a mi esclava en tus brazos y cuando ella vio que estaba embarazada, me volví despreciable para ella. Que el SEÑOR decida quién, entre tú y yo, tiene la razón. 
Pero Abram le dijo a Saray: —Mira, esa esclava es tuya, haz con ella lo que tú quieras. 
Entonces Saray trató mal a la esclava, y la esclava huyó. 
Un ángel del SEÑOR la encontró en el desierto cerca de una fuente de agua que está en el camino de Sur, y le dijo: 
—Agar, esclava de Saray, ¿de dónde vienes y para dónde vas? Y ella respondió:
—Estoy huyendo de mi señora Saray.
Después el ángel del SEÑOR le dijo:
—Regresa a tu señora y sométete a su autoridad.
Además el ángel del SEÑOR le dijo:
—Multiplicaré a tus hijos grandemente, tanto que no podrán contarse.
El ángel del SEÑOR también le dijo:
—Ahora que estás embarazada, darás a luz a un hijo al que llamarás Ismael (Dios escucha), ya que el SEÑOR ha escuchado tu tristeza. Será tan libre como un asno salvaje. Luchará contra todo el mundo y todo el mundo luchará contra él. Vivirá en desacuerdo con todos sus hermanos. (Su mano estará contra todos y la mano de todos estará contra él.) 

Así Agar dio a luz al hijo de Abram, y Abram lo llamó Ismael. Abram tenía ochenta y seis años de edad cuando Agar dio a luz a su hijo Ismael. (Génesis 16:4-12; 15-16. PDT). 

Pero trece años después, cuando Abram tenía 99, se darían cuenta de su error, pues las cosas no eran como habían pensado. Nuevamente Dios le habló, prometiéndole ser padre de multitudes, le cambió el nombre tanto a él como a su esposa, quienes a partir de ahí se llamaron Abraham y Sara (padres de muchas naciones) y le dijo que le daría un hijo que nacería de él y su esposa Sara; Abraham dudó en su corazón por sus edades y por la esterilidad de Sara y pensó que Dios se refería a Ismael. …

Y Abraham le dijo a Dios: —Espero que Ismael pueda disfrutar de tu bendición. Dios le dijo:

—No, tu esposa Sara te dará un hijo al que llamarás Isaac. Yo mantendré mi pacto con él y sus descendientes eternamente. He escuchado lo que has dicho con respecto a Ismael. Yo le daré mi bendición, tendrá muchos hijos y se convertirá en un pueblo numeroso. Será el padre de doce príncipes y convertiré a toda su familia en una gran nación. Pero haré mi pacto con Isaac, el hijo que Sara te dará dentro de un año por este mismo tiempo. (Génesis 17:19-21.PDT)

Y éste es el comienzo de una gran rivalidad, de la que aún hoy en día se ven y se sienten sus consecuencias; las que se hubieran evitado, si las cosas se hubieran hecho a la manera de Dios, pues al nacer Isaac y cumplir su primer año, Sara pidió a Abraham que echara a Agar y a su hijo, porque no estaba dispuesta a compartir la herencia de su hijo con el hijo de la esclava y aunque Abraham no estuvo de acuerdo, accedió porque Dios le tranquilizó al decirle que su verdadera descendencia vendría de parte de Isaac.

De Isaac proviene nuestro Amado Jesús y quiénes son los descendientes de Ismael? En un principio, eran en su mayoría nómadas del desierto, árabes conocidos como beduinos; pueblos fieros y guerreros, con los que era difícil llevarse bien… Será tan libre como un asno salvaje. Luchará contra todo el mundo y todo el mundo luchará contra él. Vivirá en desacuerdo con todos sus hermanos…. (Génesis 16:11-12PDT). 

De Ismael proviene Mahoma y los musulmanes; y el odio y resentimiento que Ismael albergó contra Isaac, se transmitió a sus descendientes hasta el extremo de odiar al Dios de Isaac, y conformaron lo que hoy conocemos como el Islam.


A tu manera.... o a la de Dios....?

Bendiciones, Gracia y Paz


Amado Dios, gracias por enseñarnos las dos caras de la moneda y mostrarnos las posibles consecuencias de la toma de decisiones por fuera de tu buena, agradable y perfecta voluntad. Perdónanos, porque muchas veces aún sabiendo que lo que hacemos está por fuera de tu plan para nosotros, insistimos en nuestros caprichos y en hacer lo que queremos y como queremos; confiamos en tu misericordia que es grande para perdonarnos y te damos gracias. En el nombre de Jesús, amén, amén y amén.

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