Hay personas que afirman y reconocen que no saben leer la Biblia, o que la leen pero no entienden nada de lo que dice y que por eso les da pereza hacerlo. Todo esto es normal que suceda y no debemos frustrarnos ni sentirnos mal por ello.
Jesús les respondió: «El error de ustedes es que no conocen las Escrituras ni el poder de Dios; (Mateo 22:29.RVC).
La Biblia no es un libro cualquiera; por lo tanto, no puede leerse como cualquier libro. Es el manual de instrucciones para la vida que nos regaló nuestro Padre Celestial. Antes de leerla se debe orar al Espíritu Santo, pidiendo discernimiento, que nos permita entender lo que leemos, primero en su contexto (es decir en el momento en el cual se escribió y el público a quien iba dirigido, la intención del autor) y por último, cómo se aplica a la vida y circunstancia del lector.
Entonces les abrió el entendimiento para que pudieran comprender las Escrituras, y les dijo: «Así está escrito, y así era necesario, que el Cristo padeciera y resucitara de los muertos al tercer día, y que en su nombre se predicara el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando por Jerusalén. (Lucas 24:45-47.RVC).
Tras él llegó Simón Pedro, y entró en el sepulcro, y vio los lienzos puestos allí; pero el sudario, que había estado sobre la cabeza de Jesús, no estaba puesto con los lienzos, sino enrollado en un lugar aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; y al ver todo eso, creyó. Y es que aún no habían entendido la Escritura, de que era necesario que él resucitara de los muertos. (Juan 20:6-9.RVC).
La Biblia es la Palabra de Dios y no siempre es agradable para nosotros. Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para enseñarnos lo que es verdad y para hacernos ver lo que está mal en nuestra vida. Nos corrige cuando estamos equivocados y nos enseña a hacer lo correcto. (2 Timoteo 3:16. NTV). Por eso, en ocasiones no es que las personas no entiendan lo que Dios quiere decirles, sino más bien que lo que les dice, no les gusta, no se ajusta a sus deseos egoístas.
La palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que las espadas de dos filos, pues penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. (Hebreos 4:12.RVC).
En estos versículos pueden ver perfectas definiciones de lo que son las Escrituras.
Toda la Escritura es inspirada por Dios = Es suficiente, inerrante, autoritativa, veraz, clara, necesaria. No se contradice y todo lo escrito se ha cumplido y se cumplirá. Fue escrita por diferentes autores (alrededor de 40), durante diferentes épocas, en el transcurso de 1500 años aproximadamente.
Útil para enseñar, redargüir y corregir = A través de la lectura de la Biblia, Dios se va dando a conocer, va enseñando, aprendemos más de El y de su plan de redención para nosotros. Amonesta y reprueba, pues a la luz de las Escrituras, sabemos si nuestra manera de pensar, actuar y vivir es agradable ante los ojos de Dios y por lo tanto también corrige.
Redargüir = del griego élegchos que significa “convencer”, “reprobar” y por implicación “amonestar”. La raíz de la palabra es “prueba”, “convicción”.
Viva y eficaz = acorde a lo que se está viviendo o necesitando en el momento en que se lee.
Más cortante que las espadas de dos filos = Y como toda cortadura, produce dolor, por eso la rechazamos.
Penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos = llega hasta lo más profundo del ser humano; hurga, desarma.
Discierne los pensamientos y las intenciones del corazón = nada se puede esconder; confronta a cada quien con sus pensamientos y sentimientos.
Discernir = Distinguir por medio del intelecto una cosa de otra o varias cosas entre ellas. (Fuente= www.google.com.co)
Es decir, cuando una persona discierna algo, debe comprender, distinguir lo bueno y lo malo, lo correcto e incorrecto, lo verdadero y lo falso y ser prudente en su manera de actuar, proviene del latín “discernere” que expresa “distinguir o separar”. (Fuente: http://www.significados.com)
Leer la Biblia es más sencillo de lo que parece, sólo necesitas tener un corazón humilde, dispuesto a escuchar lo que Dios quiere decirte y a actuar en consecuencia. Si así lo haces, será la experiencia más emocionante y enriquecedora de tu vida, y lo mejor, estarás dando Gloria al único digno de ella, Nuestro Amado Dios.
Elige el momento del día en el que tu mente se sienta más fresca (puede ser temprano en la mañana).
Escoge un sitio tranquilo, donde puedas estar sol@ y concentrarte.
Deja a un lado tu teléfono y cualquier cosa que te distraiga.
Empieza por porciones cortas y a medida que puedas, las vas incrementando. (sugerencia: Libros de Proverbios y Salmos. Evangelio de Juan).
Escoge una versión de lenguaje actual para empezar y luego cuando avances, puedes compararla con otras versiones. (ésto te enriquecerá aún más).
Si adquieres este sano hábito, obtendrás conocimiento y será más difícil dejarte engañar; pero si desconoces la Palabra de Dios, eres presa fácil del enemigo quien conoce la Palabra y es experto en tergiversarla, utilizando para ello a los falsos maestros.
Dispón tu corazón y tus oídos para lo que Dios quiere decirte.
Bendiciones, Gracia y Paz.
Padre Nuestro, que estás en los cielos, Santificado sea tu nombre. Te damos gracias por habernos dejado ese manual de vida tan maravilloso como es la Biblia. Te pedimos que pongas en nosotros un corazón humilde, enseñable y moldeable; que así como necesitamos y anhelamos el alimento físico para mantener nuestro cuerpo, asimismo anhelemos tu Palabra como ese alimento espiritual, como esa leche sin adulterar, para conocerte más, para crecer y ser cada día más como Cristo. En el nombre de Jesús te lo pedimos y te damos gracias. Amén, Amén y Amén.
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