Por eso yo me arrodillo delante del Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien recibe su nombre toda familia en los cielos y en la tierra, para que por su Espíritu, y conforme a las riquezas de su gloria, los fortalezca interiormente con poder; Y a Aquel que es poderoso para hacer que todas las cosas excedan a lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea dada la gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos. Amén. (Efesios 3:14-16;20-21.RVC).
Ya que tenemos diferentes dones, según la gracia que nos ha sido dada, si tenemos el don de profecía, usémoslo conforme a la medida de la fe. Si tenemos el don de servicio, sirvamos; si tenemos el don de la enseñanza, enseñemos; si tenemos el don de exhortación, exhortemos; si debemos repartir, hagámoslo con generosidad; si nos toca presidir, hagámoslo con solicitud; si debemos brindar ayuda, hagámoslo con alegría. (Romanos 12:6-8.RVC).
Cuando Jesús terminó de exponer estas parábolas, se fue de allí. Al llegar a su tierra, les enseñaba en la sinagoga del lugar. La gente se asombraba y decía: «¿De dónde le viene a éste la sabiduría? ¿Cómo es que hace estos milagros? ¿Acaso no es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus hermanos son Jacobo, José, Simón y Judas? ¿No están todas sus hermanas con nosotros? ¿De dónde, pues, le viene todo esto?» Y les era muy difícil entenderlo. Pero Jesús les dijo: «No hay profeta sin honra, sino en su propia tierra y en su propia familia.» Y por la incredulidad de ellos no hizo allí muchos milagros. (Mateo 18:53-58.RVC).
Muchas personas se niegan a creer en Dios; más aún a creerle a Dios; dudan de su real existencia, de Su poder, de Su amor, de Su capacidad de perdonar, de Su misericordia, de Sus milagros.
Cómo esperan entonces ver algo de parte de Dios si antes no creen que el es capaz y suficiente para hacerlo?
- Tu propia vida es un milagro. Bien pudiste no abrir los ojos hoy, pero a Dios le complació que tuvieras un día más y te lo concedió. En él asimismo participamos de la herencia, pues fuimos predestinados conforme a los planes del que todo lo hace según el designio de su voluntad, (Efesios 1:11.RVC).
- Alguna vez has estado pensando en alguien del que hace tiempo no sabes nada y al instante ves a esa persona o te llama? Eso no es coincidencia, es un milagro de Dios.
- Has recibido cosas inesperadas e inexplicables que son agradables o buenas para ti, como un premio, una felicitación, un regalo desinteresado, etc.? Es un milagro de Dios.
- Cuando estuviste en problemas en el pasado, que no encontrabas salida y estabas desesperad@ y de pronto todo se solucionó de la manera que menos imaginabas; puedes ver la mano de Dios actuando a tu favor, como un milagro.
Así podría seguir enumerando miles de situaciones, pero prefiero dejarte con esta reflexión y una pregunta.
Dios es sencillo; nosotros complicados. Quieres ver más milagros en tu vida?
Entonces empieza por creer en los que ya has recibido. Sométete a Su buena, agradable y perfecta voluntad. Dale a Dios el lugar, el mérito y el crédito que sólo a El le pertenecen.
Acaso crees que has llegado hasta aquí (dondequiera que estés en este momento y en cualquier área de tu vida), y logrado lo que tienes tú sol@?
Más bien oremos como el salmista…. (Salmos 8.RVC).
Señor y Dios nuestro,
¡cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra!
¡Has puesto tu gloria sobre los cielos!
Las alabanzas de los niños de pecho
son tu mejor defensa contra tus enemigos;
ellas silencian a tus vengativos adversarios.
Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos,
y la luna y las estrellas que has creado,
me pregunto:
¿Qué es el ser humano, para que en él pienses?
¿Qué es la humanidad, para que la tomes en cuenta?
Hiciste al hombre poco menor que un dios,
y lo colmaste de gloria y de honra.
¡Lo has hecho señor de las obras de tus manos!
¡todo lo has puesto debajo de sus pies!
¡Todas las ovejas y todos los toros!
¡Todos los animales del bosque!
¡Las aves en el cielo y los peces en el mar!
¡Todo lo que surca las profundidades del mar!
Señor y Dios nuestro,
¡cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra!
Todo… absolutamente todo lo que Dios ha hecho y hará es para que Su nombre sea glorificado; nosotros no somos los protagonistas de esta historia y aunque nos cueste creerlo, no somos el eje central. El día que por fin comprendamos y asumamos esto, las cosas cambiarán radicalmente.
Bendiciones, Gracia y Paz
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