martes, 18 de agosto de 2015

ENAMORAD@S DE DIOS

porque todo el que invoque el nombre del Señor será salvo. Ahora bien, ¿cómo invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán si no hay quien les predique? Así que la fe proviene del oír, y el oír proviene de la palabra de Dios. Pero yo pregunto: ¿En verdad no han oído? ¡Por supuesto que sí! «Por toda la tierra ha salido la voz de ellos, Y sus palabras han llegado hasta los confines de la tierra.»(Romanos 10:13-14;17-18. RVC).

Cuando recién empecé mi caminar con Dios, escuchaba a menudo la frase “el primer amor” y que debíamos “enamorarnos” de Dios. Para ser sincera, estas afirmaciones me sonaban un poco raras; incluso llegué a pensar que hasta podría ser pecado, pues cómo se puede estar “enamorad@” de Dios… eso suena bastante absurdo, pensaba yo. Pues bien, luego de un tiempo comencé a entender a qué se referían con estar “enamorad@s” de Dios….y es que la analogía es sencillamente perfecta.

Te invito a pensar por unos instantes sobre cómo es una relación afectiva entre dos personas. La primera vez que se encuentran, intercambian información personal de contacto, luego mantienen la comunicación necesaria, suficiente (y a veces más de lo normal) para ir conociéndose el uno al otro; se llaman todo el día, se envían mensajes y no ven la hora de quedar libres de sus obligaciones cotidianas para encontrarse y compartir un rato juntos. Se cuentan sus cosas mutuamente, acerca de cómo estuvo su día, hacen planes, están realmente felices juntos y cada día desean más la presencia del otro en sus vidas.

Así debe ser nuestra relación con Dios; después de todo, a El le debemos lo que somos y seremos. El es Amor; El nos amó primero al entregar a su Hijo por nosotros; luego, lo mínimo que podemos hacer es corresponder a ese Amor tan grande.

Bueno (podrás estar pensando); todo eso está muy bien, pero y cómo hace una persona para enamorarse de alguien a quien no ve ni conoce realmente? Simple… tal como sucede hoy en día con toda esta tecnología; existen muchas parejas que se han conformado luego de haberse contactado a través de internet (o sea que no se han visto ni conocido realmente) y si te arriesgas a sostener una relación así, por qué no hacerlo con Nuestro Padre Celestial? 

En el capítulo 10 de Romanos, el Apóstol Pablo nos da una gran pista sobre cómo hacerlo. Así como al escuchar a tu pareja y compartir tiempo con ella o él, le fuiste conociendo y te enamoraste, el pasar tiempo a solas con Dios en oración y leyendo su Palabra te permitirá conocerle, tener una mayor y mejor relación con El.

Si tú le buscares, lo hallarás; mas si lo dejares, él te desechará para siempre. (1 Crónicas 28:9b.RV60).


Dios conoce lo que necesitamos, ¿le estamos escuchando?

Amado Dios, en este día oramos para que nuestro deseo por conocerte y pasar tiempo contigo crezca cada vez más; que entendamos y aceptemos que nada, absolutamente nada hay más importante que Tu. Que podamos afirmar como Pablo Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. (Filipenses 1:21 RVR1960) Gracias por tu infinito Amor. En el nombre de Jesús. Amén.

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