LA BENDICIÓN DE DIOS

La bendición de Dios es la que enriquece y no añade tristeza con ella. (Proverbios 10:22. RVR1960)

Desde hace mucho oía este sabio proverbio y simplemente me parecía fantástico saber que tengo la bendición de Dios; sin embargo, no comprendía por qué a veces, aunque soy bendecida por El, no me sentía realmente a gusto ni mucho menos feliz, no tenía paz; y fue cuando por primera vez dejé de oírlo y lo escuché.

Dios me enseñó, a través de esta corta frase que no porque algo sea bueno, necesariamente viene de El. Y ahí fue cuando le dije: “Señor, no entiendo; cómo algo bueno no viene de Ti?, si tu Palabra dice “Alabad a Jehová, porque él es bueno; Porque para siempre es su misericordia. (Salmos 107:1. RVR1960). Si Tu eres bueno, sólo pueden venir de Ti cosas buenas. Entonces fue cuando El me hizo notar la segunda parte del proverbio “y no añade tristeza con ella”. 

Qué tremendo descubrimiento!!! Saber que si algo realmente proviene de Dios, que es bueno, no traerá tristezas, ni problemas, ni complicaciones consigo, sino paz, esa que sobrepasa todo entendimiento y todo resultará bien.

Comprendí, que cuando tomamos decisiones en nuestras fuerzas, sin consultar con El antes, los resultados no son los que esperamos, sencillamente porque estamos por fuera de Su plan perfecto para nosotros. Pon tu camino en las manos del Señor; confía en él, y él se encargará de todo. (Salmos 37:5. RVC).

Por eso no es extraño encontrarnos con gente frustrada porque su trabajo no le satisface, trabajan porque necesitan, en lo que les toca; jóvenes perdiendo semestres en la Universidad, porque realmente no les gusta lo que estudian; escogieron esa carrera porque está de moda, porque da dinero, o peor aún, sus padres la escogieron por ellos; profesionales mediocres, esclavos de un horario, pendientes del reloj para salir corriendo de sus oficinas; o padres, madres, esposos, esposas, que dilatan su jornada laboral, porque no desean llegar a casa.

Y todo lo anterior es producto de haber tomado decisiones equivocadas, o en el momento equivocado. Todo tiene su momento; todo lo que sucede bajo el cielo ocurre de acuerdo a un plan. (Eclesiastés 3:1. PDT).

Claro está, que pasaremos por pruebas y momentos difíciles, que nada tienen que ver con el tema que nos ocupa hoy; ese lo dejamos para otro día. Pero independientemente de lo que estemos viviendo, debemos sentir Paz en medio de la tormenta, Su Paz; esa es la clave, ahí radica la diferencia.

Tomando en cuenta lo anterior, la pregunta ahora es….. eres realmente bendecid@ por Dios?

Padre Bueno, Padre Misericordioso, gracias por lo revelado hoy a través de tu maravillosa Palabra que edifica. Ayúdanos a discernir si estamos o no dentro de tu plan, si en realidad estamos viviendo la vida de abundante bendición que tu amado hijo Jesús murió para darnos y danos la determinación y fuerza necesarias para corregir lo que esté por fuera de Tu plan, para así disfrutarla y llenarnos de Tu Paz. En el nombre de Jesús, te lo pedimos y te damos gracias. Amén.