sábado, 22 de agosto de 2015

NI TODOS HIJOS, NI TODOS HERMANOS, NI TODOS LLAMADOS




Ya hemos visto que para conocer a Dios íntimamente, debemos si o si, leer su Palabra. Y para leerla, necesitamos sabiduría y la revelación del Espíritu Santo, o de lo contrario, la Biblia no pasaría de ser un hermoso libro de Historia, contada a través de diferentes formas literarias.

Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman, es decir, de los que él ha llamado de acuerdo a su propósito. Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que sean hechos conforme a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, también los llamó; y a los que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los glorificó. (Romanos 8:28-30.RVC).

Por lo general, escuchamos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, pero y qué del resto del versículo? Si leemos completo, notaremos que no se refiere a todos los que aman a Dios, sino a un selecto grupo “los que él ha llamado de acuerdo a su propósito”.

Sigamos….

Todos los días se reunían en el templo, y partían el pan en las casas, y comían juntos con alegría y sencillez de corazón, mientras alababan a Dios y brindaban ayuda a todo el pueblo. Y cada día el Señor añadía a la iglesia a los que habían de ser salvos. (Hechos 2:46-47.RVC)

Estos dos versículos del capítulo 2 del libro de los Hechos de los Apóstoles, relatan brevemente cómo era la vida de los miembros de la Iglesia Antigua y pueden notar que mientras ellos (los Apóstoles) se dedicaban a hacer aquello para lo que fueron llamados, era Dios y no ellos (los Apóstoles) quien “añadía a la iglesia a los que habían de ser salvos”. Dice que “comían juntos con alegría y sencillez de corazón”, “alababan a Dios y brindaban ayuda a todo el pueblo”. Me pregunto entonces, por qué hoy es distinto y vemos tanta presión y tanto estrés al interior de las iglesias por “ganar almas”? acaso no deberíamos estar haciendo lo mismo que ellos?

También es común escuchar que “todos somos hijos de Dios”, que “todos somos hermanos”..Pero…qué dice la Palabra al respecto.?

La Palabra vino a lo suyo, pero los suyos no la recibieron. Pero a todos los que la recibieron, a los que creen en su nombre, les dio la potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. (Juan 1:11-13.RVC). 

La Palabra se refiere a Jesucristo, quien vino a salvar a aquellos, que según la voluntad de Dios, hemos sido elegidos para que lo recibamos; pero no todos lo hicieron, como estaba planeado por Dios desde el principio y por eso, no todos somos hijos de Dios; somos creación Suya, pero hijos, únicamente los que nacemos de nuevo.

Pero cuando se cumplió el tiempo señalado, Dios envió a su Hijo, que nació de una mujer y sujeto a la ley, para que redimiera a los que estaban sujetos a la ley, a fin de que recibiéramos la adopción de hijos. (Gálatas 4:4-5.RVC). 

Así que somos Hijos de Dios por adopción.

Si somos hijos, porque Dios nos ha dado el privilegio de recibir a Jesucristo como nuestro Señor y Salvador y si somos adoptados en la familia de Dios, entonces tampoco es cierto que todos seamos hermanos, sino únicamente los nacidos de nuevo y que pertenezcan también a la familia de Dios por adopción.

Es maravilloso ver cómo Dios a través de su Santo Espíritu nos va guiando, aclarando y mostrando lo que en realidad dice Su Palabra.

Demos gracias al Señor por su misericordia y amor y por el privilegio que nos ha dado al ofrecernos la posibilidad de adoptarnos como hijos y pertenecer a su familia. A ti sea la Gloria y el Honor por los siglos de los siglos. En el nombre de Jesús oramos. Amén.



Bendiciones, Gracia y Paz.

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