Nosotros no podemos ni debemos juzgar porque no tenemos el panorama completo y porque no tenemos derecho, o acaso somos superiores o mejores que los demás?
Como ellos insistían en sus preguntas, él se enderezó y les dijo: «Aquel de ustedes que esté sin pecado, que le arroje la primera piedra.» (Juan 8:7. RVC).
Esta enseñanza nos dejó Jesús, cuando le trajeron a la mujer sorprendida en adulterio, pero los seres humanos tendemos a expresar una opinión acerca de todo y de todos; difícilmente podemos mantener nuestra boca cerrada, cuando observamos o escuchamos algo y la mayoría de las veces, nos equivocamos en nuestra apreciación, porque nos dejamos llevarf por apariencias, porque no tenemos toda la información, sino sólo parte y estando incompleta, lo más probable es que erremos con nuestras palabras. Cuántas veces te ha pasado que tenías un concepto o percepción sobre algo o alguien y tuviste que cambiarlo, porque te diste cuenta de que no era tal como lo pensabas?
Y tú, que juzgas a los demás pero practicas las mismas cosas que ellos, ¿piensas que escaparás del juicio de Dios? (Romanos 2:3. RVC).
Dios es el único que puede juzgar, porque El y nadie más que El conoce el corazón de todos. El ve el rompecabezas completo, mientras que nosotros, sólo piezas tratando de encajar.
La verdad es la esencia de tu palabra, y tus juicios son siempre justos. (Salmos 119:160. RVC).
Padre gracias por tus justos juicios, porque al final, seremos juzgados por ti y no por hombres, sino estaríamos perdidos, sólo Tu conoces nuestros corazones. Te entregamos este día y nos entregamos a Ti. En el nombre de Jesús. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario