La angustia, los problemas, los afanes diarios, la presión del trabajo, las cuentas por pagar, las deudas forman una barrera infranqueable a la hora de conciliar el sueño y muchas veces, el pensar en todo lo que tenemos por hacer y por cumplir, nos roba la paz y tranquilidad que necesitamos para disfrutar de un necesario sueño reparador.
Con mucha frecuencia nos olvidamos de aquel que nos ama, de aquel que está en nosotros y que es mayor que cualquier circunstancia por la que estemos atravesando; pero sobretodo, olvidamos o desconocemos sus hermosas promesas. Y es que es fácil creer en Dios; todos creemos en El y que El existe; lo difícil es creerle a El, ahí está la diferencia.
Hoy Dios quiere recordarnos…
“Mientras vivas, nadie podrá hacerte frente, porque yo estaré contigo como antes estuve con Moisés. No te dejaré, ni te desampararé.” (Josué 1:5.RVC).
“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.” (Mateo 11:28.RVR1960).
En paz me acostaré, y asimismo dormiré; Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado. (Salmos 4:8.RVR1960).
Así que la próxima vez que tus pensamientos revoloteen por tu mente, impidiéndote descansar, recuerda estas promesas, y reemplázalos; El Señor te llenará con su Amor y Paz.
Gracias Padre por tu Paz, hoy quiero confiar en Ti, quiero entregarte mis cargas y preocupaciones sabiendo que Tu harás, creyendo en Tu Palabra y en tus Promesas, creyéndote a Ti y no solo en Ti. En el nombre de Jesús oramos. Amén.
Bendiciones, Gracia y Paz.
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