jueves, 20 de agosto de 2015

AÚN NO SOMOS PRODUCTO TERMINADO


Llamó especialmente mi atención la manera como El Apóstol Pablo comienza esta carta a los habitantes de Filipos : “Estimado pueblo santo de Dios que pertenece a Jesucristo:”

Los llama “pueblo santo” y luego en el versículo 6 afirma: “Estoy convencido de que Dios empezó una buena obra entre ustedes y la continuará hasta completarla el día en que Jesucristo regrese.” (Filipenses 1:6.PDT).

Nos está hablando a nosotros, a los que hemos sido escogidos por Dios para ser salvos a través de Jesucristo y tenerlo como nuestro Señor y Salvador; porque «que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. (Romanos 10:9-10.RV60).

Las palabras “santo” o “santidad” en muchas ocasiones, - por no decir que casi siempre – se toman como sinónimos de “perfecto” o “perfección” y la verdad es que nada tienen que ver la una con la otra, al menos no desde la perspectiva de Dios, que es la que en realidad importa; no en vano…

El Señor ha dicho:

«Mis pensamientos no son los pensamientos de ustedes, ni son sus caminos mis caminos. Así como los cielos son más altos que la tierra, también mis caminos y mis pensamientos son más altos que los caminos y pensamientos de ustedes. (Isaías 58:8-9.RVC).

La santidad no significa perfección en el sentido humano; es decir, de acuerdo al significado que nosotros le damos a esta palabra. Santidad significa que Dios nos escogió, nos llamó, nos apartó para El mismo irnos perfeccionando cada día hasta que Jesucristo regrese; por eso somos obras en construcción; no somos producto terminado, sino que poco a poco el Señor va moldeando en nosotros el carácter de Cristo.

«porque el Señor corrige al que ama, como lo hace el padre con su hijo amado.» (Proverbios 3.12.RVC)

Dios tiene misericordia de nosotros cuando nos equivocamos, cuando le fallamos y acudimos a El con humildad, reconociendo nuestros errores y nos perdona, porque nos ama.

Ser Cristiano no es ser perfecto. Ser Cristiano es esforzarnos continuamente por mantenernos en Su camino y parecernos más a Jesucristo.

«No es que ya lo haya alcanzado, ni que ya sea perfecto, sino que sigo adelante, por ver si logro alcanzar aquello para lo cual fui también alcanzado por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo alcanzado ya; pero una cosa sí hago: me olvido ciertamente de lo que ha quedado atrás, y me extiendo hacia lo que está adelante; ¡prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús! Así que, todos los que somos perfectos, sintamos eso mismo; y si ustedes sienten otra cosa, también esto se lo revelará Dios.» (Filipenses 3:12-15.RVC).


Amado Padre Celestial, gracias por tu Palabra, gracias por tu enseñanza y disciplina. Perdónanos porque a diario te fallamos, algunas veces sin darnos cuenta; perdónanos porque a veces nos falta sabiduría y malinterpretamos tu Palabra; por eso te necesitamos para que nos guíes siempre por el camino que conduce hacia Ti. Te lo pedimos y te damos gracias en el nombre de Jesús. Amén.


Bendiciones, Gracia y Paz.

No hay comentarios: