miércoles, 9 de septiembre de 2015

DEPRESION, MAL MODERNO?

La palabra depresión proviene del término latino depressio que, a su vez, procede de depressus (“abatido” o “derribado”). Se trata de un trastorno emocional que hace que la persona se sienta triste y desganada, experimentando un malestar interior y dificultando sus interacciones con el entorno. (Fuente: Definicion.de)

Depresión = Enfermedad o trastorno mental que se caracteriza por una profunda tristeza, decaimiento anímico, baja autoestima, pérdida de interés por todo y disminución de las funciones psíquicas. (Fuente: www.google.com.co).

La depresión se puede describir como el hecho de sentirse triste, melancólico, infeliz, abatido o derrumbado. (Fuente: https://www.nlm.nih.gov).

Se escucha con mucha frecuencia, de cualquier persona y por cualquier medio la palabra depresión, o estoy deprimid@; pareciera ser un flagelo de esta época, es decir moderno y no es así. 

Quiero compartirte la historia de Elías, un profeta del Antiguo Testamento, muy ungido y usado por Dios en gran manera, quien sufrió por un tiempo de lo que hoy llamamos depresión.

Elías fue un profeta hebreo, cuyo ministerio comenzó durante el reinado de Acab, entre los años 874 y 853 A.C.(Fuente: Wikipedia), el cual obedeciendo a Dios, derrotó a cuatrocientos cincuenta falsos profetas, los profetas de Baal, lo que le acarreó un profundo odio por parte de la reina Jezabel, quien juró matarlo; y como consecuencia de esta amenaza, Elías huyó y se escondió en una cueva, hasta que el Señor le ordenó salir de allí (1 Reyes 19:1-18.RVC).

Según las definiciones citadas al inicio, es fácil concluir que Elías estaba deprimido!!! 

Cómo es posible que un hombre, profeta, ungido de Dios, que acaba de derrotar a cuatrocientos cincuenta hombres él solo, salga corriendo ante la amenaza de muerte de una mujer, a esconderse en una cueva y se deprima? 

Es posible, cuando al igual que Elías, luego de una dura batalla, estamos cansados y no recuperamos fuerzas, no descansamos ni nos alimentamos, acudiendo a quien nos fortalece (Filipenses 4:13).

Es posible, cuando nos olvidamos de hasta dónde Dios nos ha ayudado. (1 Samuel 7:12).

Es posible, cuando perdemos el enfoque, dando más crédito a lo que escuchamos fuera, que a la voz de Dios que reside dentro de nosotros. (1 Reyes 19:2).

Es posible, cuando dejamos de vivir en y por fé y nos dejamos llevar por lo que vemos a nuestro alrededor. (2 Corintios 5:7). (1 Reyes 19:10).

Es posible, cuando nos dejamos vencer por el temor. (1 Reyes 19:14).

Ahora que ya conoces las causas de la depresión que quizá te oprime en estos momentos, puedes ponerle remedio y salir de tu cueva a vivir la vida que Dios planeó para ti. La alabanza a Dios es la mejor cura contra la depresión.

Esfuérzate y sé valiente (Josué 1:6.RVC). 

Mi espíritu está totalmente deprimido; tengo el corazón totalmente deshecho. Cuando evoco los días de antaño, y me acuerdo de tus grandes proezas y pienso en todo lo que has hecho, elevo mis manos hacia ti, pues tengo sed de ti. ¡Soy como tierra seca! (Salmos 143:4-6.RVC).

¿Por qué te desanimas, alma mía? ¿Por qué te inquietas dentro de mí? Espera en Dios, porque aún debo alabarlo. ¡Él es mi Dios! ¡Él es mi salvador! Dios mío, mi alma está muy abatida. Por eso me acuerdo de ti desde estas tierras del Jordán, desde los montes Hermón y Mizar. Pero tú, Señor, durante el día me enviarás tu gran misericordia, y por la noche tu cántico estará conmigo, con mi oración a ti, Dios de mi vida. (Salmos 42:5-6;8.RVC).

Bendiciones.


Padre Amado, gracias por tu hermosa palabra. Gracias por demostrarnos cada día cuánto nos amas y cuidas de nosotros. Te pedimos Señor que nos ayudes y fortalezcas para no dejarnos abatir ni derrumbar por cualquiera que sea nuestra circunstancia actual, sino más bien, enfocarnos en tus promesas, creerlas y apropiarnos de ellas y que así, la depresión no tenga lugar en nuestras vidas. En el nombre de Jesús te lo pedimos y te damos gracias. Amén, Amén y Amén.

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