jueves, 10 de septiembre de 2015

JESÚS LLAMA, DIOS AÑADE, JESÚS ELIGE

AÑADIR = Aumentar, acrecentar, ampliar. Sumar o unir una parte a un conjunto de elementos o a un todo.

Todos los días se reunían en el templo, y partían el pan en las casas, y comían juntos con alegría y sencillez de corazón, mientras alababan a Dios y brindaban ayuda a todo el pueblo. Y cada día el Señor añadía a la iglesia a los que habían de ser salvos. (Hechos 2:46-47. RVC).

Aquí la Palabra nos muestra que mientras los “elegidos” cumplían con su deber cristiano, Dios cumplía con su deber divino, añadiendo a la iglesia los que serían salvos.

LLAMAR = dar voces o hacer señas para atraer la atención de otro.

Una vez más Jesús les dijo: «De cierto, de cierto les digo: Yo soy la puerta de las ovejas. También tengo otras ovejas, que no son de este redil; también a aquéllas debo traer, y oirán mi voz, y habrá un rebaño y un pastor. Si ustedes no creen, es porque no son de mis ovejas. Las que son mis ovejas, oyen mi voz; y yo las conozco, y ellas me siguen. Y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. (Juan 10:7;16;26-28.RVC).

Cuando Jesús llegó a ese lugar, levantó la vista y le dijo: «Zaqueo, apúrate y baja de allí, porque hoy tengo que pasar la noche en tu casa.» Jesús le dijo: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa, pues este hombre también es hijo de Abraham. Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.» (Lucas 19:5;9-10.RVC).

Jesús nos llama de muchas maneras, en el momento menos esperado, usando a diferentes personas para hacerlo, dándonos la oportunidad de salvarnos, y aunque El ya eligió desde siempre, eso no nos exime de nuestra responsabilidad; por eso no todos creen, no todos pertenecen a su rebaño y no siguen “su voz”. 

Y entró el rey para ver a los convidados, y vio allí a un hombre que no estaba vestido de boda. Y le dijo: Amigo, ¿cómo entraste aquí, sin estar vestido de boda? Mas él enmudeció. Entonces el rey dijo a los que servían: Atadle de pies y manos, y echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes. Porque muchos son llamados, y pocos escogidos. (Mateo 22:11-14.RVR1960).

Nadie remienda un vestido viejo con un paño de tela nueva, porque la tela nueva estira la tela vieja, y la rotura se hace peor. (Mateo 9:16.RVC).

En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. (Efesios 4:22-24.RVR1960).

Muchos son los llamados, pero al final pocos son escogidos, porque a pesar de haber escuchado la voz de Jesús, de haber empezado a caminar con Dios, de asistir a la iglesia, e incluso de servir a Dios, no se ha producido una real y verdadera transformación en su interior, lo que causa que sigan viviendo como antes de conocer del Señor. En el extracto de estos pasajes Dios nos está diciendo que para tener entrada en el Reino de los Cielos, debemos estar vestidos adecuadamente para la ocasión, que no se limita a realizar buenas obras, asistir a la iglesia, orar o ayunar; debemos vestirnos entre otros, de bondad, fé, sinceridad, amor, paciencia, pureza, santidad; no podemos simplemente decir que somos cristianos y seguir mintiendo; no podemos decir que asistimos a una iglesia cristiana y tener un vocabulario soez; no podemos decir que servimos a Cristo y ser orgullosos y desobedientes. Eso sería como presentarnos a la fiesta con un vestido remendado, y creo que nadie lo haría.

ELEGIR = Seleccionar o preferir a una persona o una cosa para un fin.

»Ustedes no me eligieron a mí. Más bien, yo los elegí a ustedes, (Juan 15:16.RVC).

Mientras Jesús caminaba junto al lago de Galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés, que estaban echando la red al agua, pues eran pescadores. Jesús les dijo: «Síganme, y yo haré de ustedes pescadores de hombres.» Ellos entonces, dejando al instante las redes, lo siguieron. (Mateo 4:18-20.RVC).

Entonces Jesús le dijo: «Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló ningún mortal, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia, y las puertas del Hades no podrán vencerla. A ti te daré las llaves del reino de los cielos. (Mateo 16:17-19.RVC).

Jesús nos elige para que sirviéndole de corazón, terminemos siendo sus amigos. (Juan 15:14-15.RVC).

Bendiciones.


Amado Dios, reconocemos tu grandeza, misericordia y bondad en este día. Gracias por ir señalando el camino por el que debemos seguir. A diario debemos pedirte que nos examines porque es fácil desviarnos y extraviarnos. Míranos con tus ojos de amor, perdónanos y transfórmanos. No queremos volver a ser quienes antes fuimos. Queremos ser nuevas criaturas en ti. Ayúdanos a perseverar. En el nombre de Jesús oramos. Amén.

No hay comentarios: